Cuando el alcalde de São Paulo, Fernando Hadad, decidió aplicar un alza en la tarifa del transporte público de la ciudad, no sospechaba que estaba rebasando el vaso ya saturado de los habitantes de la segunda mayor urbe de América Latina. Las protestas que luego se extendieron por todo el país fueron un alerta no sólo para Brasil, sino para toda la región. Las grandes ciudades donde se toman las decisiones políticas y empresariales no pueden seguir con piloto automático: requieren políticas públicas que les permitan competir en la economía global a través de una mejor calidad de vida de sus habitantes.
Si bien Miami se mantiene en el primer lugar del ránking de las mejores ciudades de negocios de América Latina, elaborado por AméricaEconomía Intelligence, este año se observan algunas novedades. Mientras las principales ciudades como São Paulo, Buenos Aires o Ciudad de México enfrentan grandes desafíos de seguridad y transporte público, un grupo cada vez más compacto de ciudades intermedias como Valparaíso, Medellín o Belo Horizonte se afianza con sus propias apuestas.
De hecho la capital argentina cayó dos puestos y, con Rio de Janeiro, cedieron al empuje de un centro de servicios como Ciudad de Panamá.
Un ejemplo destacable de esta “hora de las ciudades” es el de Monterrey. Para hacer frente a la violencia y el abatimiento de sus habitantes, las fuerzas sociales, el gobierno local y los grupos empresariales han lanzado diversas iniciativas de seguridad y gestión, que ya están dando sus primeros frutos.
Camilo Olarte en Monterrey y Susan Abad en Medellín investigaron cómo se organizó la respuesta de ambas ciudades a un cuadro comparable de problemas de seguridad y calidad de vida.
Si Miami es la mejor ciudad de negocios de América Latina, hace 14 años era simplemente el centro del universo puntocom de América Latina. Sonia Osorio y Samuel Silva nos recuerdan cómo eran los años locos de la burbuja, y en qué están hoy los protagonistas de esta historia, como los argentinos Wenceslao Casares y Marcos Galperín, y el uruguayo Fernando Espuelas.
Otra ciudad que lleva algún tiempo sufriendo un golpe tras otro es Londres. Allí Loreto Urbina explora los pormenores del último escándalo que sacude a la City. Las autoridades reguladoras de la Unión Europea están investigando una manipulación similar a la del escándalo Líbor del año pasado. Otro golpe a la idea de autorregulación de los mercados.