Santiago. Olor a gas lacrimógeno y restos de un gran incendio alteraban este martes el tránsito de personas en el centro de la capital chilena, tras una nueva jornada de protestas que no amainó con el ajuste ministerial en el gobierno del presidente Sebastián Piñera.
Más de una semana de intensas movilizaciones detonadas por un alza del transporte, que han dejado al menos 17 muertos, llevaron a Piñera a decretar algunas medidas paliativas y cambiar a cuestionadas figuras de su tren ministerial, como el titular de Interior Andrés Chadwick, parte de la derecha que apoyó la dictadura militar.
La flamante portavoz del gobierno, Karla Rubilar, criticó los destrozos en Santiago y pidió a todos los partidos e instituciones que condenen la violencia adjudicada a un grupo que aprovecha las protestas para crear caos.
"No es la gente que quiere justicia social, no es la gente que quiere un Chile mejor, estamos viendo gente que quiere destrucción y caos", afirmó Rubilar la noche de este lunes al adjudicar los destrozos a un grupo "infinitamente menor", de unas 6.500 personas, "que creen que pueden tomarse Santiago, pero los vamos a encontrar".
"Estamos muy preocupados por la violencia y los actos de destrucción que tuvieron lugar en Chile nuevamente", dijo Rupert Colville, portavoz de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, la expresidenta chilena Michelle Bachelet.
El caos de la primera jornada tras levantarse el estado de emergencia en el país contrastó con la marcha de más de 1,2 millones de personas que desfilaron el viernes en Santiago y otras ciudades en todo el país, sobre todo jóvenes, en demanda de mejoras en salud, educación, pensiones y varios otros temas.
"Estamos muy preocupados por la violencia y los actos de destrucción que tuvieron lugar en Chile nuevamente", dijo Rupert Colville, portavoz de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, la expresidenta chilena Michelle Bachelet.
Una misión del organismo llegará a Chile en los próximos días para investigar denuncias de abusos de las fuerzas de seguridad durante el estado de emergencia y toques de queda que rigieron hasta el domingo.
Por otra parte, los trabajadores de la mina Escondida -el mayor yacimiento mundial de cobre- decidieron paralizar parcialmente sus labores el miércoles en parte para apoyar el movimiento social. La semana pasada, los operarios ya habían realizado una acción similar.
Chile, mayor productor mundial de cobre, se ha mostrado por años con orgullo como una de las economías más prósperas y estables de América Latina, pero también muestra importantes niveles de desigualdad y concentración de la riqueza.
Más violenta. Desde la tarde del lunes, bomberos combatieron las llamas de una galería comercial en una zona cercana al palacio de gobierno La Moneda, afectando además a un centro de salud y a un hotel, que estaba sin huéspedes porque fueron reubicados la semana anterior debido a las protestas.
Las grandes marchas pacíficas a lo largo del país muchas veces han terminado en fuertes enfrentamientos con la policía, que han dejado miles de detenidos. Para este martes por la tarde se convocó a una nueva manifestación en el centro de Santiago.
"Si con la enorme marcha del viernes no se consiguió mucho más que un cambio de gabinete donde siguen poniendo siempre a los mismos, lo único que queda para que nos escuchen es la violencia", opinó Catalina Barrera, una estudiante de 18 años que habita en una zona humilde del oeste de la capital.