La sequía dejó de ser una de las principales preocupaciones en el país, pero en las zonas carentes de agua, este es un tema permanente e imposible de olvidar. Además, estamos en pleno el verano, con altas temperaturas, con lo cual a miles de familias se les secan sus fuentes donde abastecen de agua a sus familias y sus actividades económicas.
Para poder priorizar y trabajar sobre datos concretos y certeros, entendiendo no tan solo la carencia de agua sino también la vulnerabilidad social y sus proyecciones, Fundación Amulén elaboró el informe “Sequía en Chile: la brecha más profunda”. Tomando como base la publicación de Escenarios Hídricos 2030 “Radiografía del Agua: Brecha y Riesgo Hídrico en Chile”, liderada por Fundación Chile, cruzando esos datos con índices de vulnerabilidad (segmentación socioeconómica), además de proyecciones climatológicas para el futuro, este estudio busca entender la relación entre escasez hídrica y vulnerabilidad social en Chile, para poder desarrollar un plan de acción a nivel país.
Dentro de los principales hallazgos, se encuentra que las cuencas con mayores brechas hídricas están en las regiones de Arica y Parinacota, Atacama, Coquimbo y Valparaíso. Con ello, se buscó entender el nivel de vulnerabilidad de las comunas que pertenecen a dichas cuencas, para poder corroborar la teoría sobre la correlación entre acceso a agua y pobreza. Junto a Georesearch, Fundación Amulén revisó cuáles son las comunas pertenecientes a las regiones más críticas y el hallazgo da cuenta de uno de los dolores de Chile hoy: las comunas carentes de agua potable son también las que evidencian mayor inequidad social.
Principales conclusiones del informe “Sequía en Chile: la brecha más profunda"
Dentro de las cuencas analizadas, las regiones que presentan la mayor cantidad de comunas con una alta brecha hídrica son las regiones de Arica y Parinacota, Atacama, Coquimbo y Valparaíso. En estas regiones, son 26 las comunas afectadas con alta brecha hídrica, concentrándose principalmente en las regiones de Coquimbo y Valparaíso.
En relación al cruce de dichas comunas con su nivel de vulnerabilidad, definiendo vulnerables a los segmentos socioeconómicos D y E, en el total de las comunas analizadas, el índice de vulnerabilidad es bastante alto: más del 50% de sus habitantes pertenecen a estos segmentos socioeconómicos, con un promedio superior al 80% de sus habitantes en dicha categoría.
En zonas rurales de dichas comunas, como Andacollo, Combaralá y Putre, más del 95% de la población pertenece a los segmentos socioeconómicos D y E y presentan carencia de agua potable mayor al 67%. En zonas rurales de La Serena y Ovalle, más de 1.200 viviendas se abastecen por camión aljibe, donde la vulnerabilidad es mayor al 85%.
Las principales fuentes de abastecimiento informal son pozo o noria (48% de las viviendas) y camión aljibe (39% de las viviendas). Las viviendas que se abastecen por camión aljibe promedian un índice mucho mayor que el promedio nacional (39% versus 15%). Esto se debe a que la carencia de agua como oferta hídrica de la cuenca obliga a complementar con camiones para asegurar el consumo humano.
Las proyecciones no son optimistas. Según el indicador SPEI, que mide las precipitaciones versus evotranspiración, se encuentran proyecciones robustas de reducción de precipitaciones y aumento de temperaturas para la zona centro sur del país, lo que indica que en el largo plazo, las condiciones de disponibilidad de agua para zonas rurales en parte importante del país serían más complejas que la situación histórica. La zona desde Copiapó a Los Vilos presenta un déficit hídrico más grande en orden de magnitud debido a la prolongación de la sequía.
Respecto a las fallas en los sistemas de Agua Potable Rural (APR) en distintos sectores rurales a lo largo de nuestro país, si bien se desprende que existe una asociación entre la cantidad de tiempo en que se encuentra un APR en condición de sequía con la cantidad de fallas que ocurren en ellas, no parece existir un patrón espacial asociado, de modo que la cantidad de fallas que un APR puede tener dadas las condiciones de sequía, no parece ser atribuible a una zona geográfica particular, sino más bien a la cantidad de tiempo en la cual esta condición ocurre.
Rocío Espinoza, Directora Ejecutiva de Fundación Amulén, explica que “este informe nos muestra que la relación entre escasez de agua y vulnerabilidad social es directa y dramática. Las zonas más afectadas son por lejos las más vulnerables: todas las comunas que están en esta situación de escasez hídrica tienen un promedio superior al 80% de su población rural en los segmentos D y E. Esto se debe a que la sequía afecta las fuentes económicas impidiendo salir de los segmentos de pobreza más profundos. No podemos seguir obviando esta crisis que afecta a nuestro país. Una de las grandes urgencias que tenemos es aumentar la cobertura de agua de calidad, mejorando la gestión de las cuencas tanto en innovación como en vinculación de todos los actores, para lograr emparejar la cancha, lo que nos parece está íntimamente relacionado con la actual agenda social de Chile”.
Según Ulrike Broschek, líder de la iniciativa Escenarios Hídricos 2030 y Subgerente de Sustentabilidad en Fundación Chile, “la creciente escasez de agua ya ha cobrado muchas víctimas, dentro de las cuales se encuentran las comunidades rurales, pequeños productores y el medio ambiente. Resulta urgente para el desarrollo diversificado y descentralizado del país avanzar hacia la seguridad hídrica abordando la Brecha y el Riesgo Hídrico. Para esto, la iniciativa de Escenarios Hídricos 2030 propuso un inédito modelo de gestión llamado Transición Hídrica, el cual consta de 4 ejes fundamentales necesarios de abordar en el país: 1. Gestión e Institucionalidad del Agua, 2.Conservación y Protección de nuestros Ecosistemas Hídricos, 3. Uso Eficiente y Estratégico del Agua y 4. Nuevas Fuentes de Agua.”
Cifras mundiales de Naciones Unidas
2,1 millones de personas viven sin agua potable en sus hogares.
Una de cada cuatro escuelas primarias en todo el mundo carece de abastecimiento de agua potable y los alumnos consumen agua de fuentes no protegidas o pasan sed.
Más de 700 niños menores de cinco años mueren todos los días de diarrea, a causa del agua insalubre o un saneamiento deficiente.
El 80% de las personas del mundo que tienen que usar fuentes de agua no seguras o no protegidas vive en las zonas rurales.
En ocho de cada diez hogares de los que carecen de agua, las mujeres y niñas son las encargadas de recoger el agua.
Unos 4000 millones de personas —casi dos tercios de la población mundial— padecen escasez grave de agua durante al menos un mes al año.
700 millones de personas en el mundo podrían verse forzadas a desplazarse debido a la escasez de agua de aquí a 2030.
Los más ricos suelen recibir servicios de agua, saneamiento e higiene de calidad a un coste bajo o muy bajo, mientras que los más pobres pagan un precio mucho más alto por un servicio de igual o menor calidad.
Desde el año 2012, Fundación Amulen trabaja en el desarrollo de comunidades vulnerables por medio del agua, mejorando su calidad de vida desde el uso, manejo y acceso a este recurso. Esta labor se realiza a través de un modelo de desarrollo de proyectos sustentable en el tiempo, que genera un alto impacto social y que busca mejorar cada día la calidad de vida de las personas.