Los chilenos acudían masivamente este domingo a los centros de votación en todo el país para decidir quién será el próximo presidente en unos polarizados comicios a dos años de un estallido social que abrió la puerta a la redacción de una nueva Constitución.
El abogado ultraconservador José Antonio Kast, abierto defensor del exdictador Augusto Pinochet, y el diputado y exdirigente estudiantil Gabriel Boric, apoyado por el Partido Comunista y una coalición de partidos de izquierda, buscarán llegar al palacio de La Moneda tras ganar la mayor cantidad de votos en la primera vuelta del 21 de noviembre.
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Desde entonces ambos morigeraron posiciones, trataron de tender puentes hacia el centro e hicieron guiños a los miles de electores que en la primera instancia votaron por otros candidatos como el derechista moderado Sebastián Sichel, la democratacristiana Yasna Provoste o el economista liberal Franco Parisi, entre otros.
"Esta noche vamos a tener un nuevo presidente electo por todos ustedes y yo creo que quien quiera que sea nunca debe olvidar que va a ser el presidente de todos los chilenos y no solo de quienes lo apoyaron", dijo el presidente Sebastián Piñera tras sufragar en un centro del oriente de Santiago.
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"Quiero desear al futuro presidente sabiduría, prudencia y éxito porque los va a necesitar", agregó.
Las mesas locales de votación empezaron a funcionar a las 8.00 hora local (11 GMT) para recibir a unos 15 millones de electores convocados al balotaje, mientras existe expectativa si aumentará la participación.
En las primeras horas, pese a observarse un alto volumen de personas en torno a los centros de votación no se veían las largas filas en otros procesos electorales anteriores.
"Yo estuve en el movimiento (de protesta estudiantil) de los pingüinos y creo que es la culminación de algo por lo que luchamos tanto y que creo que él (Boric) se merece estar en ese puesto (de presidente)", dijo Constanza Álvarez, una estudiante de derecho de 27 años al salir de votar en un local en el centro de Santiago.
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En tanto, la oficinista brasileña de 41 años Aline Ramelli dijo que prefería a Kast "porque creo que Chile necesita paz. La delincuencia ya está demasiado alta y el desempleo. Yo llegué aquí hace 11 años y el país cambió mucho".
Las encuestas iniciales realizadas tras la primera vuelta daban una holgada ventaja a Boric, quien recuperó la delantera a medida que se acercaba la elección tras un cierre de la brecha a mediados de semana.
Boric salió temprano a un encuentro con medios locales de su natal Punta Arenas, en el extremo sur del país.
"Vayan a votar en paz, en tranquilidad y con mucha esperanza. Que la esperanza le gane al miedo hoy", dijo brevemente a periodistas.
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Los conteos de mesas en exterior -que habitualmente favorecen a la izquierda- daban una ventaja a Boric, pero el aspirante llamó a no confiarse ya que en la primera vuelta también obtuvo gran apoyo pero llegó finalmente en segundo lugar.
En la víspera, el liberal Franco Parisi -quien sorprendió al llegar de tercero en la primera vuelta con más de 900.000 votos- dio su apoyo a Kast tras una consulta realizada entre sus partidarios que entregó un 61,4% de las preferencias al aspirante derechista.
Kast advirtió que esperaba una votación estrecha y que el ganador debería tener al menos 50.000 votos de diferencia para garantizar la transparencia del proceso.
"Es un día importante, hoy va a hablar la ciudadanía más que los candidatos", dijo Kast tras votar en un centro en las afueras de Santiago.
Expertos han criticado que los dos candidatos eran poco realistas en sus programas iniciales, con propuestas difíciles de concretar. Boric llamaba a terminar con el neoliberalismo y elevar la recaudación tributaria; Kast, firme defensor del libre mercado, planteaba una fuerte reducción del tamaño del Estado y reducir impuestos.
Pero uno de los temas que dio tranquilidad a los mercados tras la primera vuelta fue la división casi balanceada del Congreso entre las fuerzas de izquierda y derecha. Esto asegura que, independientemente de quién gane, no se podrán impulsar propuestas demasiado radicales.
Las mesas cierran a las 18.00 hora local siempre que no haya votantes esperando su turno y los resultados empiezan a sumarse muy rápidamente.