Santiago. Las autoridades sanitarias chilenas anunciaron este jueves un nuevo cierre temporal de fronteras y mayores restricciones en el país sudamericano, en momentos que enfrenta un alza de contagios de COVID-19 y pese a un eficiente plan de vacunación.
El país, que supera el millón de casos y los 23.000 fallecidos por la enfermedad, ha visto un crecimiento sostenido de contagios en las últimas semanas luego de las vacaciones del verano austral.
"Se cierran las fronteras del país. Se restringen los viajes al extranjero por todo el mes de abril tanto para ciudadanos chilenos como extranjeros residentes", dijo la subsecretaria de Interior, Katherine Martorell.
La funcionaria dijo que también se prohibirá el ingreso de extranjeros no residentes por 30 días.
Además se anunció una ampliación en el toque de queda que ha regido en el país desde la llegada de la pandemia y la disminución de los permisos de circulación destinados a actividades consideradas esenciales.
También se suspendieron actividades por 15 días como venta de vestuario y calzado, cosméticos, entre otros, mientras que los supermercados no pueden vender artículos no esenciales.
Las autoridades dijeron que aspiran disminuir la movilidad de personas entre 40 y 50%.
En días recientes, el ministro de Salud, Enrique Paris, se había quejado de la gran circulación de personas en la capital pese a la cuarentena total vigente.
Adversarios al gobierno han criticado que las autoridades relajaran algunas restricciones, como permitir la apertura de gimnasios y cines, mientras avanzaba un rápido plan de inoculación lanzado en febrero.
El gobierno incluso lanzó en diciembre un controvertido "permiso de vacaciones" que permitió movilizaciones a la mayor parte de la población por una vez argumentando que favorecía la salud mental tras los intensos confinamientos del 2020.