El diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung analiza las protestas de seguidores radicales del expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, que se niegan a reconocer el resultado de las elecciones pasadas, en las que resultó ganador Lula da Silva.

"Los manifestantes, pero también otros brasileños que no participan activamente en las protestas, se sienten engañados. Muchos incluso se consideran víctimas de una conspiración. Todo empezó con la puesta en libertad de Lula da Silva, que había sido condenado por corrupción, y la anulación de los procesos en su contra por parte del Tribunal Supremo (…)

Al mismo tiempo, tras la victoria de Bolsonaro, hace cuatro años, el Tribunal Supremo empezó a adoptar medidas más decididas contra la difusión de noticias falsas y discursos de odio en las redes sociales. La Justicia ordenó bloquear cuentas e incluso abrió investigaciones en algunos casos. Los afectados hablan de censura dirigida deliberadamente contra seguidores de Bolsonaro. El Tribunal Supremo se ha convertido en el enemigo. (…)

Por otro lado, durante toda su presidencia, Bolsonaro buscó el conflicto con la Justicia, alimentando la animosidad. Asimismo, socavó sistemáticamente la confianza en el proceso electoral y las instituciones electorales (…)

El mayor error de los manifestantes radicales, que exigen una intervención militar, es creer que son una mayoría. En realidad, se trata de una minoría. Sin embargo, no están solos. 58 millones de brasileños votaron por Bolsonaro. Si bien la mayoría reconoce el resultado electoral y no demanda un golpe de Estado, también están frustrados o, por lo menos, decepcionados."

"El país se seguirá radicalizando"

Por su parte, el rotativo Die Tageszeitung resalta el hecho de que el tribunal electoral de Brasil haya rechazado la demanda del partido de Jair Bolsonaro de anular las elecciones pasadas por supuesto fraude.

"Con la decisión más reciente, muere la última esperanza de los partidarios de Bolsonaro de impugnar el resultado electoral por la vía legal. Muchos expertos creen que la demanda es más bien un intento de seguir movilizando a los seguidores. Tanto la decisión del tribunal como la dura multa solo confirmarán la narrativa de muchos fans de Bolsonaro de que se trata de un complot 'del sistema'.

Desde hace tiempo, para muchos miembros de la derecha, el juez Alexandre de Moraes, quien también es miembro del Tribunal Supremo, es aborrecible y cabecilla de una gran conspiración. Desde la derrota electoral, seguidores de Bolsonaro salen a las calles en todo el país para protestar contra la 'elección robada'. Lo más probable es que el país se siga radicalizando."

"Silencio" frente a Qatar

Esta semana, el medio Frankfurter Rundschau también destaca el "silencio" por parte de los países latinoamericanos respecto a las críticas contra el país anfitrión de la Copa del Mundo, Qatar.

"La región calla y disfruta casi inocentemente de la fiesta futbolera. Ninguno de sus seis países que participan en el Mundial ha pronunciado una palabra crítica oficial o semioficial en contra del torneo (…) En opinión del escritor e hincha mexicano Antonio Ortuno, en América Latina, el fútbol no es el lugar adecuado para criticar la injusticia y los problemas globales. En México, al igual que en toda América Latina, el fútbol funciona como válvula de escape. Es una ayuda para distraerse de la vida surreal y, a veces, incluso letal."