Solo quedan tres días para una de las elecciones más importantes de Chile desde el regreso del país a la democracia en 1990, porque, entre otras cosas, se podría definir el destino de la Convención Constituyente que actualmente redacta la nueva Constitución.

Los candidatos, José Antonio Kast y Gabriel Boric, provienen de mundos completamente distintos y sus programas son diametralmente opuestos, aunque ambos han modificado y suavizado algunas de sus propuestas en el último mes con el fin de acercarse al elector de centro, en una nación donde la baja abstención podría jugar un papel muy importante en el resultado.

¿Quién es Gabriel Boric?

Gabriel Boric (35), el candidato de la coalición de izquierda -Apruebo Dignidad-, comenzó a temprana edad su carrera política como dirigente estudiantil y líder de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), abandonando incluso sus estudios de Derecho, que nunca llegó a concluir, para posteriormente desempeñarse como diputado en dos periodos. De ganar, se convertiría en el presidente más joven de la historia del país.

El aspirante a La Moneda -casa de Gobierno-, quien proviene de la región de Magallanes, en el extremo sur del país, pretende llevar a cabo cambios profundos en los sistemas de pensiones, tributarios, de salud y de educación, temas que se encontraban entre las principales demandas de la población en octubre de 2019, durante el llamado estallido social.

A diferencia de su contendiente, Boric formó parte del acuerdo político que posibilitó una salida institucional a la crisis que vivía el país hace dos años y ha garantizado que respaldará a la Convención Constituyente que redacta actualmente la nueva Constitución para el país.

¿Qué se puede esperar de un gobierno de Boric?

Un futuro gobierno de Gabriel Boric buscaría, según el equipo económico que lo acompaña, dirigirse hacia una socialdemocracia como la existente en Europa, donde el Estado debería jugar un papel más importante en garantizar los derechos básicos de los ciudadanos.

Entre sus principales propuestas económicas destacan: cambiar el criticado sistema de pensiones -AFP-, una nueva reforma tributaria que busca recaudar hasta un 8 por ciento del PIB en el plazo de entre seis y ocho años, el aumento del sueldo mínimo a 500.000 pesos chilenos (US$ 580), y recuperar y reactivar las Pymes (pequeñas y medianas empresas).

Otra de las medidas más importantes de su mandato sería aplicar un impuesto a la riqueza o patrimonio, el cual afectaría solamente a 11.000 personas, es decir, el 0,1% de la población, con la intención de recaudar "en torno al 1,5% del PIB".

Sus principales detractores consideran que las propuestas del candidato de izquierda son irreales, ambiciosas y muy difíciles de cumplir en el escenario económico actual del país. Una gran parte del sector empresarial, que critica a Boric por su inexperiencia política, por su imprecisión en el manejo de las cifras y su alianza con el Partido Comunista, teme que sus medidas puedan perjudicar aún más a la dañada economía, ahuyentar a los inversionistas, que el país se endeude y tome un rumbo similar al de su vecino Argentina.

Foco en la seguridad, el medio ambiente y las minorías

Durante el último mes, y en búsqueda de captar más apoyo entre los votantes de centro y los indecisos, Boric ha endurecido su discurso en contra de la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado, una de las tantas preocupaciones de los chilenos. Por eso, en su programa contempla una reforma estructural de la cuestionada institución de Carabineros -policía chilena-, que contempla la formación de nuevos policías mejor preparados y con "pleno respeto a los derechos humanos", según dice su programa.

Un eventual gobierno de Boric también pondría foco en la protección del medio ambiente, la acción frente a la crisis climática y la descarbonización gradual, aplicando variados impuestos verdes. Asimismo, respalda las demandas feministas, de las diversidades sexuales y de las comunidades indígenas. En este último punto, su programa habla de "acordar los términos de una restitución territorial".

Apruebo irrestricto a la Convención Constituyente

De ser la nueva Constitución respaldada por la ciudadanía en un plebiscito de salida y luego ser ratificada en el Congreso, existe una posibilidad de que la Convención Constituyente determine llamar a elecciones para que el país implemente el nuevo marco constitucional.

A pesar de las trabas que pueda tener para gobernar, muchos de los objetivos de Boric convergen con la labor que realiza actualmente la Convención Constitucional, donde la principal fuerza política está representada por su sector. Por lo tanto, hay una posibilidad de que Boric esté solamente dos años en el poder, convirtiéndolo así en un gobierno de transición que vele por el funcionamiento y seguridad de este proceso democrático, que destaca, entre otras cosas, por tener paridad de género, así como por integrar a los pueblos indígenas y otras minorías.