En la lucha por el cuidado del planeta, pareciera que la sostenibilidad en la que se han involucrado tantas empresas no es suficiente. Frente a problemas crecientes como el cambio climático, los ciclos globales de nitrógeno, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua, la pobreza y la inequidad, se debe plantear un nuevo escenario con soluciones más radicales.

A pesar de la participación de las empresas en temáticas de sostenibilidad, al revisar los datos sobre la salud del planeta y la naturaleza, el resultado es desolador. Por lo tanto, cabe preguntarse realmente ¿qué está pasando? A pesar del intento de ser “sostenibles”, las cifras indican todo lo contrario.

Los estudios indican que se necesita hoy de una intervención mucho más radical para lograr una transición hacia la salud del planeta y regenerar vida a gran escala: una transformación donde las acciones corporativas tienen objetivos que no solo cuidan la salud del planeta, sino que, además la regeneran.

La regeneración sistémica comprende acciones corporativas con objetivos basados en la ciencia, estos ayudan a concretar las contribuciones empresariales tomando en cuenta los límites de la naturaleza. Ir más allá de practicar la “sostenibilidad” solo como justificación de la responsabilidad social empresarial.

Requerimos acciones concretas que cuiden la salud del planeta, que no solamente sostengan la base natural del mismo, sino que además la regeneren.  Este proceso se crea desde el ámbito macrosocial-ecológico hacia las empresas. Además, en tiempos de cambio climático, la regeneración es una medida fundamental para la adaptación ante procesos que parecen irreversibles.

La propuesta de valor de los modelos de negocio regenerativos ofrece al mercado productos y servicios que impactan positivamente la salud de los sistemas socio-ecológicos, teniendo en cuenta las características bio-físicas del lugar donde se opera.  Estos modelos crean condiciones para la vida, gestionando los sistemas socio-ecológicos para reconfigurar sus funciones claves o conservando sus condiciones en los sistemas no degradados. 

Hay regeneración cuando el modelo de negocio reversa la degradación ambiental-social-cultural y restaura el sistema socio-ecológico y sus procesos haciendo posibles las condiciones para la vida. En este marco, la operación empresarial promueve la salud y el bienestar de los ecosistemas y las comunidades. 

¿Cómo hacen las empresas para entrar a este mundo nuevo y poco desconocido? Un par de ejemplos ilustran los avances. Uno son los proyectos de regeneración de cuencas hidrográficas que están haciendo compañías líderes en el sector de bebidas alrededor del mundo.  Aquí, la empresa se ocupa no solo de hacer compensación, o trabajar en un lugar específico de la cuenca, sino que actúa en favor de la salud integral de la cuenca y las comunidades aledañas.   Otro son emprendimientos para mantener las condiciones en sistemas no degradados como la práctica de pesca tradicional o el turismo ecológico que coordinan las comunidades en lugares de Colombia como Uramba-Bahía Málaga o la Sierra Nevada de Santa Marta. De esta manera, se preservan en un ecosistema no degradado las condiciones para la vida, manteniendo así no solo el valor ambiental del sistema sino también las relaciones sociales y las tradiciones culturales.  Entre estos dos extremos que ilustran los ejemplos, hay múltiples opciones para que las empresas aporten a la regeneración.

En definitiva, la invitación para el sector corporativo es dar un paso más allá de la “era de la sostenibilidad” y empezar a aportar de forma central y decidida en la regeneración de los sistemas socio-ecológicos sin cuya salud, la sostenibilidad de las organizaciones será un recuerdo del pasado.