La crisis del coronavirus no solo ha puesto en jaque los sistemas de salud del mundo, sino que también ha desafiado a las empresas a adaptarse a las circunstancias. En el caso de los bancos, el mayor desafío está en potenciar sus canales digitales manteniendo -y aumentando- el servicio de calidad al que están acostumbrados sus clientes.

En estos días, muchas personas han permanecido en sus hogares y han debido resolver aspectos cotidianos como pagar las cuentas o comprar mercadería a través de internet, situaciones que tienen directa relación con la digitalización de los procesos de pago y las transacciones financieras. En escenarios como este, es clave que los bancos cuenten con un ecosistema digital financiero 360°, que implique, por ejemplo, la reducción del uso de billetes y tarjetas.

Sin embargo, la transformación digital todavía es una cuenta pendiente en Latinoamérica. Pese a que el interés está, ya que el World Retail Banking Report reportó que el 48% de las empresas bancarias ha tomado la decisión de mejorar sus capacidades de innovación digital, y más de la mitad de sus clientes usará soluciones bancarias en los próximos tres años en materia de pagos, tarjetas y cuentas bancarias minoristas.

Un paso previo y fundamental para una correcta implementación del ecosistema digital es el acceso a la banca. Si bien Chile tiene altos índices de bancarización –lidera en Latinoamérica con 74,3% de bancarización de su población total, según Minsait–, aún existe una porción importante de personas que se ven imposibilitadas de realizar operaciones económicas sin dinero físico. En VeriTran venimos trabajando desde hace más de 15 años en este tipo de problemáticas, y reconocemos una como base para el crecimiento: la presencia de canales para la inyección de dinero a los sectores más vulnerables de la sociedad, ya que acceder a estos montos se convierte en una tarea titánica para el beneficiario y dificultoso en su manejo para las entidades públicas y privadas que no encuentran mecanismos viables para hacerles llegar bien sean sus haberes pensionales o aportes como ayuda social.

Aunque nos parezca paradójico, la actual crisis nos brinda la oportunidad de avanzar en hacer real el desarrollo e implementación del open banking. Adaptarnos a esta actualidad de aislamiento social va a demostrar que contamos con las herramientas para ello. Sin embargo, la inclusión financiera debe ser el objetivo, y nuestro ecosistema digital parte de la solución.

Latinoamérica debe enfocarse en transformar el actual modelo que no permite una integración bancaria homogénea a todas las capas sociales. De ahí que desde VeriTran proponemos un modelo amigable, fácil de implementar y adoptar y, por sobre todo, accesible. Para eso son necesarias las siguientes medidas:

*Actualizar las bancas digitales, posibilitando las altas de los usuarios de manera cien por ciento digital, segura y confiable.

*Crear un sistema de pagos que permita a los individuos -tanto particulares como comercios- generar y recibir pagos virtuales.

*En el caso de los individuos no bancarizados, posibilitar el acceso a aplicaciones digitales para dar de alta cuentas gratuitas solo con su RUT (número único tributario que aparece en las cédulas chilenas) y biometría, y sin asistir personalmente a oficinas o sucursales bancarias, permitiéndoles así la adquisición de bienes y/o servicios a distancia con pagos virtuales (ni presenciales ni físicos).

Aunque nos parezca paradójico, la actual crisis nos brinda la oportunidad de avanzar en hacer real el desarrollo e implementación del open banking. Adaptarnos a esta actualidad de aislamiento social va a demostrar que contamos con las herramientas para ello. Sin embargo, la inclusión financiera debe ser el objetivo, y nuestro ecosistema digital parte de la solución.