La situación que ha vivido Chile durante los últimos meses nos ha dejado atónitos, pero hay que reconocer que los hechos actuales de violencia responden a problemas mayores que se vienen acumulando hace años. Por lo mismo, no basta quedarse en las buenas intenciones y mensajes de apoyo, sino que es deber de todos realizar acciones concretas que nos permitan hacer de este un país mejor. 

Creo que uno de los aportes al panorama actual consiste en generar un mayor sentido de comunidad y colaboración entre ciudadanos, premisa que creo que también puede expandirse a una mayor colaboración entre pequeñas y grandes empresas.

Acá es importante volver a los conceptos que griegos y romanos tenían sobre comunidad. Platón dice, en boca de Sócrates, en el libro II de la República, que la pólis nace cuando los individuos no se bastan a sí mismos, sino que necesitan de muchas cosas. Agricultores que trabajen la tierra, tejedores que elaboren las vestimentas, albañiles que construyan las casas, etc.  En definitiva, para Platón la base de la comunidad armónica es la complementación entre la desigualdad natural y la necesidad que todos tenemos de una serie de objetos.

Esto quiere decir que es mejor que cada uno se ocupe solo de aquello para lo cual está dotado por naturaleza. Una persona desperdigada en varias ocupaciones no hará bien ninguna de sus labores. Es importante, entonces, aprovechar nuestras cualidades y herramientas, para poder crecer en conjunto y armonía con la comunidad.

Fomentemos que los gerentes puedan compartir con emprendedores que están partiendo, incentivemos a que las mismas empresas colaboren entre ellas para sacar adelante nuevos proyectos que a su vez puedan ayudar a otros.

Recuerdo que en el edificio de mi anterior empleo nunca conversé con alguien que no formara parte de la compañía donde trabajaba. Esto es algo que deberíamos esforzarnos en cambiar. Fomentemos que los gerentes puedan compartir con emprendedores que están partiendo, incentivemos a que las mismas empresas colaboren entre ellas para sacar adelante nuevos proyectos que a su vez puedan ayudar a otros.

Debemos dejar de pensar que el éxito solo se consigue por uno mismo, e incorporar la idea de un crecimiento colaborativo que nos permita desarrollarnos de la mejor manera, a través de la cooperación mutua.

No nos olvidemos de ayudarnos mutuamente, ya que, si dos cabezas piensan mejor que una, imaginen cómo lo harían millones.