La inflación del 2019 fue de 3,8 % en Colombia. Este valor, es superior a lo observado en 2018 (3,18 %) y se encuentra en el rango meta establecido para la inflación por el Banco de la República (Banrep). La meta era una banda entre el 2 % y 4 %. Un buen resultado para cerrar la década con la inflación anual promedio más baja en la historia de Colombia: 3,85%. Esto es casi la mitad de la inflación entre 2000 y 2009 (6,0%), y 5,6 mas pequeña que entre 1990-1999 (21,4%).
Una inflación de dos dígitos, como se vivió durante todo el siglo pasado (a excepción de 1999 con un 9,23%), está lejos de nuestro imaginario, esto gracias a las acciones del Banco de la República y de su independencia del Ejecutivo, restricción que le debemos a la Constitución de 1991.
Regresemos a la banda. Es importante recordar que el Banrep empezó a fijar rangos como metas de inflación desde el año 2002, después de nueve años de estar fijando metas puntuales (de 1993 a 2001). Es decir, ya hay una tradición de 18 años con un rango meta para la inflación. De esos 18 años, nueve veces se ha cumplido la meta y otras nueve no. Es decir, un record de 50 % de incumplimiento de las metas.
Pero si nos concentramos en la última década, el record es mucho mejor. De 2010 a 2019, en cuatro años no se cumplió la meta. La década inició con un nuevo rango meta al pasar de una banda que se fijó en 2009, entre 4,5% y 5,5%, a una banda más baja: entre el 2 % y 4 %. Meta que se mantiene hasta hoy. En 2010, 2011 y 2012 se cumplió de nuevo la meta. Es decir, una racha de tres años de cumplimiento.
Es importante resaltar que el cumplimiento de la meta de inflación hace que se mantenga la credibilidad de las metas fijadas por el Banco Central. Ese es un activo invaluable para el país.
Para el 2013, la inflación se ubica un punto por debajo del rengo meta (inflación de 1,9 %). Para el 2014, la inflación regresa a estar en el rango meta (inflación de 3,6 %). Y en 2015, no se cumple. El "descache" fue de un 69,3%, solo comparable con el que ocurrió en 2008 (70,4 %).
Para el 2016 no se cumplió nuevamente la meta. La inflación fue de 5,75 %. Un "descache" del 43,7 %, el tercero más alto en estos 16 años de historia de rangos meta. Para 2017, no se acertó, pero esta vez se quedó muy cerca. Un "descache" del 2,3 %. Así, se cumplieron nuevamente una racha de tres años en los que no se consumaba la meta y la inflación estaba por encima de la banda meta. Esto no había ocurrido en los 16 años de historia del rango meta para la inflación.
Finalmente, para los dos últimos años de la década, la inflación se ubica nuevamente al interior del rango. Es decir, en los últimos diez años, en tres no se cumplió la meta al encontrarse con una inflación por encima de la banda. Un 30% de "descache". En un año la inflación se situó por debajo de la meta, no tan delicado y en los otros seis la meta se alcanzó. En otras palabras, el 70% de los años se obtuvo los resultados esperados por el Banco Central.
¿Y es esto bueno? Es importante resaltar que el cumplimiento de la meta de inflación hace que se mantenga la credibilidad de las metas fijadas por el Banco Central. Ese es un activo invaluable para el país. Cuando la meta es creíble, esta sirve como guía para la formación de expectativas de los ciudadanos; pero si esta no es creíble, no se tomará en cuenta por parte de los empresarios al momento de fijar precios, ni por los asalariados al momento de renegociar sus contratos.
La meta de inflación es un ejercicio de "planear" el comportamiento futuro de los precios, los cuales dependen de innumerables factores. La inflación no se puede decretar. Pero el Banrep sí cuenta con herramientas de política para acercar la inflación a su meta o puede cambiarla si cree que no la cumplirá. Si las metas no se cumplen (o se alejan mucho de la realidad), la siguiente meta pierde credibilidad y el público en general no emplea esa información para tomar decisiones. Así, el resultado para la década es positivo en materia de la inflación.