Durante abril, Chile ha sido protagonista de tres grandes emergencias que han movilizado a todo el país, que incluso han traspasado las barreras nacionales en apoyo de la ciudadanía afectada.

El primer día del mes en cuestión, a las 20:46 horas, el norte del país fue azotado por un sismo de 8,3 grados en la escala Richter con un epicentro a 85km de Iquique, momento en que se realizó una evacuación preventiva del borde costero, y posterior a ello el ente técnico, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA), confirmó la alarma de tsunami, la cual fue levantada a las 06:39 horas del día 2 de Abril.

Ese mismo día, a las 23:44 horas se produce un segundo movimiento, de 7,8 grados en la escala Richter con un epicentro a 20km al sur de Iquique, coyuntura que lleva a realizar una segunda evacuación preventiva del borde costero.

Es por esto, que como Oficina Nacional de Emergencia estamos trabajando fuertemente en generar una cultura preventiva en el país, llegando a todos los sectores, tales como, juntas de vecinos, colegios, empresariado, servicios públicos, comercio etc, con el objetivo que la palabra simulacro se haga cada día más común en nuestro lenguaje, tomando aún más fuerza cuando la usamos para “simular” emergencias, desastres o catástrofes que permitan entrenar habilidades para responder de manera oportuna ante estos posibles escenarios.

Estos ejercicios son una gran oportunidad para evaluar si realmente los documentos elaborados por expertos en prevención, realmente cumplen con el objetivo de preparar a la comunidad. Además, los simulacros permiten detectar brechas y oportunidades de mejora, lo que lleva a un proceso continuo de perfeccionamiento de los planes de emergencia.

Los simulacros son ejercicios de preparación que los organismos de protección civil y Emergencia ejecutan de forma permanente, y tienen el objetivo de poner en práctica los planes de emergencia de colegios, empresas, organismos públicos o cualquier institución. 

Estos ejercicios son una gran oportunidad para evaluar si realmente los documentos elaborados por expertos en prevención, realmente cumplen con el objetivo de preparar a la comunidad. Además, los simulacros permiten detectar brechas y oportunidades de mejora, lo que lleva a un proceso continuo de perfeccionamiento de los planes de emergencia.

Dentro de las dinámicas de ejercicios masivos de evacuación, el desafío mas importante es lograr que durante su ejecución las personas tomen real conciencia de lo que significa poner en práctica un plan establecido con anticipación, sumándose de manera activa en el evento; es por esta razón que para quienes formamos parte del Sistema de Protección Civil, estas actividades son una herramienta primordial de educación para la comunidad, lo que convierte la labor en continua e incesante tarea.

En materias netamente económicas, la mirada de un gran terremoto sin duda alguna constituye un descalabro en los distintos sectores de la sociedad, partiendo desde círculo más íntimo de una familia, que enfrentada a un evento de esta naturaleza y verá alterada sus finanzas mensuales, debiendo modificar su presupuesto en función de las labores de reconstrucción, o bien la mitigación para futuros daños provocados por catástrofes.a Así mismo, este evento viene asociado en muchas ocasiones de la pérdida de las fuentes laborales.

De este modo en el mundo de las pequeñas, medianas y grandes empresas se hace patente el daño a su patrimonio económico, tanto por el hecho de cesar o pausar la productividad, así como también por la fuga obligada de fuerza laboral por lo motivos antes mencionados, efecto que a nivel país también tendrá sus repercusiones.

Es por esto que las emergencias no están exentas de balances y cuantificaciones en materias de daños, lo que siempre se traducirá en montos de bienes materiales perdidos, inversión en reconstrucción, reposición de servicios, y el natural retorno a la normalidad.

Valparaiso en llamas. Por otra parte, el sábado 12 de abril, en los cerros de la ciudad de Valparaíso se vivió uno de los mayores incendios registrados en la historia del puerto, dejando 15 personas fallecidas, 12.500 damnificados, 2.900 viviendas destruidas, 1.200 albergados y 1.145 hectáreas devastadas por el fuego.

Así mismo se dispusieron 5.813 personas de la Armada y el Ejército, efectivos de Carabineros, Puestos Médicos Avanzados junto a 11 móviles, SAMU, Policía de Investigaciones (PDI), Equipo de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública (ONEMI) Regional, Unidad de Despliegue Territorial de la misma, CONAF y Bomberos, además de un centenar de voluntarios que llegó hasta la zona destruida por las llamas.

Onemi por su parte despachó elementos tales como colchones, frazadas, bidones de agua, mascarillas, pañales, carpas, viviendas de emergencia con kit de habilitación y baños químicos.

Visto con este prisma, nuestra misión preventiva toma un rol preponderante dado que mientras más crezca la preparación de nuestra población en materias de emergencias, la posibilidad de reponerse será directamente proporcional, aun cuando hay eventos que no pueden predecirse como los terremotos. Las medidas de respuesta de la población posterior al evento siempre marcaran la diferencia en los tiempos de recuperación, ampliando a diario nuestro campo de acción.

Como lección,  los eventos de los últimos tiempos nos han dejado una nueva enseñanza, tenemos la obligación de recordar y reforzar la CULTURA PREVENTIVA EN NUESTRO PAIS.

Vivimos en un país expuesto a distintas amenazas, tales como terremotos, tsunamis, incendios forestales, aluviones, erupciones volcánicas e inundaciones.

Todos estos eventos nos recuerdan que debemos seguir aumentando la resiliencia en nuestras comunidades y propender a que los diversos sectores de la sociedad organizada, fortalezcan una mirada dirigida a la prevención, aspecto fundamental para una efectiva reducción del riesgo de desastres. Sin duda, hemos avanzado enormemente por este camino, pero el desafío es aún mayor: seguir trabajando para hacer de Chile un lugar más seguro y protegido.