La última vez que analizamos este tema, reportamos que julio había sido el peor mes de este sexenio en ejecuciones relacionadas con el crimen organizado: un total de mil 214 durante los 31 días de ese mes. Habían aumentado en 37% con respecto a junio, de acuerdo con la base de datos de Lantia, consultora especializada en temas de seguridad. En agosto bajaron las ejecuciones a mil 101 (menos nueve por ciento con respecto a julio) y en septiembre volvieron a bajar a 855 (menos 22% con respecto a agosto). Contabilizando el total de este tipo de homicidios en los diez primeros meses del sexenio del presidente Peña tenemos un total de diez mil ocho, un promedio de 33 por día.

En las cifras de Lantia hay una buena noticia: se comprobó que julio fue un mes fuera de serie en la tendencia que venía a la baja desde marzo de este año. Todavía en la primera quincena de agosto se dieron muchas ejecuciones relacionadas con el crimen organizado, pero ya la segunda parte del mes bajó considerablemente el número de eventos al igual que durante todo el mes de septiembre. De esta forma, septiembre presentó la cifra con menos homicidios relacionados con el crimen organizado en lo que va del sexenio (salvo febrero que fue un mes corto con 28 días).

En cuanto a las cifras oficiales, recordemos que la Secretaría de Gobernación (Segob) decidió cambiar la metodología para ahora reportar los homicidios dolosos, es decir, todos los asesinatos violentos incluyendo los que comete el crimen organizado y los que no. En este rubro, de acuerdo con las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hubo mil 485 asesinatos en agosto y mil 478 en septiembre.

Las cifras de Lantia son un subconjunto de las de Segob: sólo incluyen las ejecuciones del crimen organizado. En los diez meses del sexenio de Peña, Lantia ha contabilizado un total de 10 mil ocho ejecuciones, mientras que el total de Segob es de 15 mil 552 homicidios dolosos. La diferencia son cinco mil 544 asesinatos. Estirando un poco la liga, podemos decir que quizá el 64% de los homicidios en México tienen que ver con el crimen organizado. Digo “quizá” porque estamos utilizando dos bases de datos con metodologías diferentes. Me atrevo, sin embargo, a reportar este porcentaje con fines indicativos.

Me parece que los medios hemos fallado en reportar la epidemia de violencia que está ocurriendo en ese estado. Por donde se vea, es una vergüenza. El bello puerto de Acapulco no sólo se está inundado de agua sino de sangre.

Regresando al reporte de Lantia, en cuanto a la distribución regional de la violencia, los estados con más ejecuciones en septiembre fueron Guerrero con 138, Sinaloa con 89, Chihuahua 88, Jalisco 51 y Estado de México 44. Si lo medimos por crecimiento en las ejecuciones entre septiembre y agosto de este año, destaca Sonora con un incremento de 79%. Al parecer, existe un conflicto entre el cártel de Pacífico y Los Mazatlecos (célula de los Beltrán Leyva) que ha generado la violencia en el sur de ese estado y norte de Sinaloa. En Baja California, las ejecuciones crecieron 65% producto, según la consultoría, de “conflictos entre narcomenudistas”.

En Guerrero, con todo y las lluvias, las ejecuciones subieron diez por ciento en septiembre. La violencia no amaina en ese estado. Se debe, de acuerdo con Lantia, a un “enfrentamiento entre el cártel de Pacífico contra el cártel Independiente de Acapulco y Guerrero Unidos”. No sorprende, entonces, que Acapulco siga siendo el municipio más violento del país con 72 ejecuciones en septiembre. También lo fue en agosto con 67. Por desgracia, el bello puerto siempre aparece en la lista de los diez municipios con más homicidios relacionados con el crimen organizado.

Mucho se habla de Michoacán como foco rojo de la violencia en México, pero en septiembre ese estado se colocó en el onceavo lugar de las 32 entidades federativas. Incluso hubieron más ejecuciones en Morelos, que es un estado más chico (ocupó el séptimo lugar del ranking de homicidios relacionados con el crimen organizado en septiembre), que en Michoacán. Guerrero, en cambio, fue el número uno. Me parece que los medios hemos fallado en reportar la epidemia de violencia que está ocurriendo en ese estado. Por donde se vea, es una vergüenza. El bello puerto
de Acapulco no sólo se está inundado de agua sino de sangre.

Así está la situación, al día de hoy, con la violencia en México.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.