Los diversos intentos de integración -desde la década de los 60s- han dibujado en el mapa de América Latina un multicolor y disparejo mosaico con organismos y grupos regionales de todo tipo, Aladi, Mercosur, Can, Sica, Alba, Unasur, Celac y --el de más reciente formación- la Alianza del Pacífico (AP). Este bloque surge en el 2011 (Declaración de Lima) por iniciativa del ex presidente peruano Alan García que propuso un proyecto acorde con los tiempos actuales a sus homólogos de Colombia, Chile y México.

Los cuatro gobiernos convinieron en el “Acuerdo Marco de Antofagasta” en 2012 -que fue prontamente ratificado por sus respectivos Congresos- una convergencia signada por la libre circulación de mercancías, capitales, servicios y personas, como herramientas necesarias para situarse al compás de la globalización y avanzar en el desarrollo con inclusión social. La idea base es lograr un mayor crecimiento con competitividad e innovación para conformar “un área de libre comercio de integración profunda” con especial énfasis en la región Asia-Pacífico que tiene el más dinámico crecimiento representando un mercado importante para los países latinoamericanos. Las economías del nuevo club -en cifras del 2012- suman un mercado con más de 200 millones de habitantes con un ingreso per cápita medio de US$11.000; un crecimiento promedio del 5%, por encima de la tasa regional y mundial; un PIB medio cercano al 35%; y un comercio exterior de un 50% del total regional.

En Estambul, Turquía, ya está operando una oficina común y la primera embajada compartida será en Accra, Ghana; además se proyectan otras sedes en Marruecos, Argelia, Singapur y Vietnam. Simultáneamente se vienen organizando eventos de promoción comercial (China, Corea del Sur, Singapur, Japón, Francia); y la participación conjunta en ferias internacionales (París, Tokio, India, Corea del Sur, Alemania.).

La afinidad existente en términos políticos y económicos de los países miembros de la Alianza ha permitido que se progrese en tiempo record hacia acuerdos puntuales en diversos ámbitos: un régimen de solución de controversias y seguridad jurídica para inversionistas; certificación electrónica; cooperación aduanera; medidas sanitarias y fitosanitarias; análisis de obstáculos técnicos al comercio; asuntos del comercio de servicios y capitales; liberalización de los flujos migratorios; transparencia fiscal y medidas contra la evasión; entre otros. Teniendo como meta la desgravación arancelaria de todo el universo de bienes, se convino que el 91,8% de los productos tendrá una tasa de 0% en forma inmediata y la liberalización restante incluyendo los bienes agrícolas “altamente sensibles”, se abrirá paulatinamente en plazos mayores. Por su parte, cabe destacar que el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores y de Comercio de la Alianza viene concretando iniciativas como la supresión progresiva de visas de turismo y negocios; la apertura de representaciones diplomáticas y comerciales conjuntas para promover ferias, ruedas de negocios, inversiones y otras actividades de interés trasversal. En Estambul, Turquía ya está operando una oficina común y la primera embajada compartida será en Accra, Ghana; además se proyectan otras sedes en Marruecos, Argelia, Singapur y Vietnam. Simultáneamente se vienen organizando eventos de promoción comercial (China, Corea del Sur, Singapur, Japón, Francia); y la participación conjunta en ferias internacionales (París, Tokio, India, Corea del Sur, Alemania.). En el ámbito privado, se ha instituido el Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico, para facilitar misiones comerciales y negocios que fortalezcan la competitividad, la atracción de inversiones, encadenamientos productivos, y la coordinación de actividades de promoción especialmente en Asia (China, Corea, India y Japón). A todo esto se añade una entidad que se formó paralelamente, el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), que incluye a las bolsas de valores de Chile, Colombia y Perú, habiendo México firmado un acuerdo para considerar su participación bursátil. Los parlamentos de los países de la Alianza también han establecido un compromiso para su fortalecimiento desde las responsabilidades legislativas a través de iniciativas y facilitación de la ratificación de los instrumentos vinculantes. Por otra parte, la Alianza ha creado un fondo de cooperación para proyectos sobre medio ambiente, innovación, ciencia, tecnología, desarrollo social, intercambios académicos y becas de estudio; y, en el ámbito cultural, se ha organizado una primera actividad conjunta a través de la muestra itinerante "Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica" del Museo de Arte Popular de Bogotá, que será difundida en todos los países de la Alianza.

A partir de estos resultados positivos y, en consonancia con su apertura, son varias las naciones que ya están en la Alianza en calidad de observadores, Panamá, España, Nueva Zelanda, Australia, Uruguay, Canadá, Japón y Guatemala; Ecuador, El Salvador, Francia, Honduras, Paraguay, Portugal, República Dominicana y Costa Rica, cuyo ingreso como miembro pleno ya fue aprobado y se hará efectivo al completar requisitos necesarios para ingresar formalmente al bloque. Recientemente han solicitado acceder al estatus de “observador” países como Turquía, Corea del Sur, China y EEUU.

La Alianza del Pacifico y el Mercosur: ¿Complementación o divergencia?.  A diferencia de un Mercosur estancado y cada vez mas ideologizado, con un magro crecimiento, inflación alta y medidas internas populistas, la Alianza se gesta con identidades importantes como el respeto a los principios de la democracia representativa y un modelo de desarrollo de economía abierta congruente con los TLC que los miembros tienen entre sí y con otros países del orbe, incluyendo a Estados Unidos, la Unión Europea y países asiáticos.  No es ningún secreto que en algunos círculos políticos y económicos se estima que, en la práctica, la Alianza del Pacífico ha establecido un balance en la región frente al predominio de Brasil en el Mercosur y Unasur, permitiendo, al mismo tiempo, que México se integre a un esquema latinoamericano. Puede que haya algo de cierto en esta apreciación. Sin embargo, resulta una ligereza alegar que “existe una confrontación”; o que “América Latina ha quedado partida en dos”; o que “la Alianza es un esquema pro- imperialista”.

Lo que sí se puede afirmar es que existen elementos valiosos que están en el sustrato de nuestra región y que influyen en su devenir no obstante las disímiles tendencias de los procesos de integración. La geografía, la historia y la cultura unen a toda Latinoamérica y le dan una identidad común. Todo ello se refleja en los múltiples vínculos bilaterales y multilaterales a través de inversiones, comercio, fusión de empresas, intercambios culturales, idioma, música, religión, turismo, que se dan día a día lo largo y ancho de la región. Por cierto, esta realidad no implica negar las diferencias existentes entre los países ribereños del Pacífico --unidos en la Alianza --y los de la costa Atlántica, en el Mercosur; y los diferentes modelos de desarrollo que propician, uno aperturista y de corte económico liberal y el otro que empieza a cerrase a los actores externos incluso con signos de estatismo y rompiendo reglas necesarias para la estabilidad y la confianza económica. 

En conclusión, en los próximos años podría configurarse un panorama de múltiples y aun más complejas relaciones en América Latina tanto de carácter intra-regional (los países al interior de sus respectivos bloques así como bilateralmente con miembros de otros bloques); inter-regional (relaciones entre bloques de diversas regiones, como las relaciones de la Alianza con el TTP, la UE, etc.); y relaciones específicas entre grupos regionales y países individuales (Alianza del Pacifico vs. China, etc.), además de las relaciones bilaterales en el ámbito público y privado, con su propia dinámica. En todo caso, se espera que la Alianza del Pacífico, aprovechando al máximo su posición geográfica estratégica y su vocación de integración económico-comercial y social, continúe concretando con éxito sus objetivos a través del dinamismo que ya ha demostrado, creando sinergias entre sus miembros y equilibrando el panorama regional en beneficio de sus pueblos y extendiendo los lazos a toda la región latinoamericana y al mundo global.