Madrid. Bankia, propiedad mayoritaria del Estado español, anunció el martes la compra del Banco Mare Nostrum (BMN), en una operación que le permitirá crear el cuarto mayor prestamista del país y que refleja el proceso de consolidación de la banca europea.
El nuevo banco tendrá 223.000 millones de euros (unos US$250.850 millones) en activos, dijo Bankia, cuyas acciones escalaron el martes un 3,6% en la bolsa de Madrid.
Los dos bancos nacionalizados -formados ambos a partir de la fusión de varios prestamistas en problemas- fueron rescatados durante la crisis financiera con alrededor de 24.000 millones de euros de dinero de los contribuyentes, tras sufrir fuertes pérdidas por hipotecas incobrables.
El Estado tiene alrededor del 67% de los activos de Bankia y un 65% de BMN, un prestamista menor.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, dijo que el acuerdo ayudará a recuperar fondos públicos, aunque tampoco descartó que se produzcan más desinversiones del Estado español en 2017.
El Estado tiene alrededor del 67% de los activos de Bankia y un 65% de BMN, un prestamista menor. Tras el acuerdo, se espera que el fondo de rescate de España, el FROB, se quede con cerca del 66,6% de participación en la compañía ya fusionada.
La economía española creció un 3,2% en 2016 y se espera que se expanda a un ritmo similar este año, ayudada por el consumo privado, un auge del turismo y robustas exportaciones. Aunque la tasa de desempleo sigue siendo una de las más elevadas de la Unión Europea, la creación de puestos de trabajo también está cobrando fuerza.
Los prestamistas negociaron un canje de 1 acción de Bankia por 7,82 papeles de BMN, lo que valoriza a Banco Mare Nostrum en alrededor de 825 millones de euros (US$924 millones), o 0,4 veces su valor contable, por debajo de las expectativas del mercado, de acuerdo a analistas de Deutsche Bank y UBS.
El Estado español ya había inyectado alrededor de 1.600 millones de euros a BMN. Tras años de consolidación, el número de prestamistas en España se ha reducido a 13, desde 55 en 2008, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria que sumió al país en una crisis económica de casi cinco años.