Osama está muerto y General Motors vive. Ésa es una de las frases de campaña que más les gusta repetir a Obama y a Joe Biden, su compañero de fórmula. Para el estado que más sentido hacen estas palabras es Ohio, el punto central de la próxima elección del 6 de noviembre.
Situado en el noreste de Estados Unidos, Ohio es el corazón de los trabajadores de cuello azul y de la industria automotriz norteamericana. Ambos sectores fueron de los más golpeados por la crisis económica que George W. Bush le heredó a Barack Obama.
Por ello, para Obama la medida entre considerar que sus políticas han sido exitosas y que ha podido o no resolver la situación económica se toma en Ohio.
Ohio será la semana próxima el mejor termómetro y el punto clave de la elección en Estados Unidos. Ahí habrá que estar atentos.
Un estado con población de 11,5 millones de personas, de las cuales uno de cada ocho empleos está directa o indirectamente ligado a la industria automotriz y en donde el desempleo ronda el 7%, por debajo de la media nacional.
Ohio es un estado columpio. Aún no queda claro si el martes próximo sus 18 votos del Colegio Electoral se irán con Obama o con Romney. Obama ha estado arriba en las encuestas. Sobre todo después de que fuera público el video de Romney desechando a 47% de los estadunidenses como dependientes del Estado. Pero su cómodo margen que mantenía previo al debate de Denver se ha esfumado.
Romney, el frío empresario que apoyaba el outsourcing y que no se tocaba el corazón al despedir a sus empleados de Bain Capital fue visto con nuevos ojos tras Denver, en donde se le sintió más presidencial, humano y cercano a la gente.
Obama pasó de tener nueve puntos de ventaja en las encuestas estatales a estar hoy a tan sólo dos puntos de diferencia de Romney en Ohio.
El estado es clave para ambos candidatos. Si Obama gana Ohio, Romney se vería obligado a ganar los otros seis estados columpio -Iowa, Nevada, Colorado, New Hampshire, Virginia y Pennsylvania- tomando en cuenta que mantiene a Florida en la bolsa, para poder llegar a los 270 votos necesarios del Colegio Electoral.
Si Romney gana Ohio, Obama tiene más alternativas para llegar a los 270 votos en un escenario que le otorgue cuatro de estos estados columpio, situación menos complicada, pero aun así difícil de lograr.
Por ello a lo largo de estas últimas semanas ambos candidatos y sus compañeros de fórmula han visitado Ohio, sus múltiples ciudades: Cleveland, Columbus, Dayton, etcétera, con la intención de atraer a los votantes indecisos, a los que también han inundado de spots, como a ninguna otra población.
En otras elecciones se ha hablado de la importancia de Ohio. De cómo ningún republicano ha llegado a la Casa Blanca sin haber ganado este estado. Sin embargo, en otras elecciones otros fueron los estados definitivos para el triunfo. Caso notable el de 2000 cuando Florida le dio la victoria a George W. Bush.
De acuerdo con el excelente y acertado blog de Nate Silver en The New York Times, Ohio tiene 50% de probabilidad de definir la elección del martes 6. El estado que le sigue en esta probabilidad es Virginia... pero solamente con 15%.
Ohio será la semana próxima el mejor termómetro y el punto clave de la elección en Estados Unidos. Ahí habrá que estar atentos.
*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.