Los accionistas del controvertido gigante estadounidense Monsanto aprobaron este martes (13.12.2016) la prevista absorción de la empresa agrícola por parte de la farmacéutica Bayer, en la que de concretarse será la mayor compra de una compañía extranjera por parte de una alemana.

Un 99% de los inversores reunidos en St. Louis, Misuri, donde está ubicada la sede de Monsanto, votaron a favor de la operación, valuada en US$66.000 millones y anunciada en septiembre.  Sin embargo, aún quedan otros obstáculos por superar.

Luego de largas negociaciones, Bayer y Monsanto acordaron un precio de venta de US$128 por acción. Para los accionistas de la estadounidense esto significa un 44% de aumento respecto del valor de los títulos en Bolsa en mayo, cuando Bayer hizo la oferta inicial.

Analizarán arduamente la fusión. Sin embargo, han habido demandas presentadas por accionistas en los tribunales con acusaciones de conflictos de interés contra el director ejecutivo de la compañía, Hugh Grant, y otros ejecutivos de la firma. Monsanto ha rechazado estas acusaciones.

Los expertos creen, por otro lado, que el principal escollo serán las autoridades de competencia debido al alcance internacional y el poder concentrado de mercado de ambas empresas, lo que hará que las autoridades analicen con lupa la fusión antes de dar luz verde.

Se estima que la fusión no se completará antes de finales de 2017. Monsanto ha sido muy criticada por ecologistas y otros activistas por sus productos genéticamente modificados y el uso del pesticida glifosato. Y los accionistas de Bayer no saltan de alegría al parecer por la compra, después de que el anuncio hiciera caer el precio de sus acciones.