Vas caminando, digamos, por la tercera avenida, y te cruzas con una estampa digna de Kowloon. Más preciso sería decir con varias estampas dignas de Kowloon o Shanghái, a saber: joven madre china con chinito de tres años y chinito de once meses en su cochecito, saliendo del Farmatodo.

Grupo de cinco chinos parlanchines que van parloteando rumbo a Las Cúpulas. Uno de ellos, invariablemente, porta un iPhone con audífonos y es el que se atrasa un poco respecto del grupete y parece que habla solo. La imagen más enternecedora la brinda el colegio Schöntahl. Si usted pasa por ahí tempranito en la mañana, podrá ver una fila de chinitos en orden de tamaño, recién levantados, con su bultico y su luncherita y la joven mamá haciendo juego.

Cualquiera que los haya visto con frecuencia le dirá que todos tienen una particular manera de lucir enajenados de la realidad circundante. Se desplazan con soltura, sin las indecisiones propias del turista. Parecen ignorar con superior elegancia a los nativos y lo logran gracias a un reflejo que evita todo cruce de miradas con los aborígenes. Lo más llamativo, sin duda, es la alta densidad de ojos rasgados por hectárea.

Un amigo con quien compartí esta perplejidad me dijo que este fenómeno de la explosión demográfica no se circunscribe al municipio Chacao. Mi amigo es llanero y va y viene con frecuencia de su amenazada propiedad ganadera. A menudo se desplaza por ella en moto y, para ahorrar tiempo, lo hace a toda velocidad por sobre el terraplén de una vía férrea. Cada tanto, pasa junto a una salida que conduce a un campamento de obreros y técnicos ferroviarios unánimemente chinos. El arco que cubre la salida trae un letrero en caracteres chinos que presuntamente quiere decir "Los Caujaritos" o "El Semeruco". Todo en el campamento es de procedencia china.

En una ocasión, consumido por la curiosidad, se desvió y entró en un caminito engranzonado a cada flanco del cual iba viendo letreros en chino. Siempre precavido, entró en el campamento con cara de ahuevoneado, con aires de hallarse extraviado. "Me sentí en el set de una película de "cine-Hong Kong", me dijo. Se convenció de que aún estaba en Apure cuando vio que los chinos habían adoptado un báquiro.

El reporte más alarmante circuló fotográficamente en la red y mostraba un grupo de ciudadanos chinos con uniforme de milicianos en Altamira.

2. Leído en la edición del Wall Street Journal del pasado 25 de febrero: "Hace un año, el escritor Shi Kang se consideraba un hombre feliz. Gracias a 15 novelas exitosas, era millonario, dueño de un apartamento de lujo y un Mercedes plateado nuevo. Estaba tan contento con su vida libre de preocupaciones en Beijing que ni siquiera había viajado a otros países. Hoy, un año más tarde, Shi considera emigrar a EE.UU.

El autor forma parte de un creciente grupo de chinos ricos que planean abandonar su país o ya están haciendo los arreglos para hacerlo.

Shi Kang, un exitoso escritor de novelas, empezó a pensar en vivir en Estados Unidos, luego de visitar ese país el año pasado.

"Allá, las cosas son reales", afirma Shi, quien está aprendiendo inglés. "Aquí, uno no sabe qué creer", agrega. "Me gusta mucho China. Pero si tengo hijos, no necesariamente querría que vivieran acá".

Con una fortuna de al menos US$1,6 millones, Shi es parte de la adinerada élite china que más se benefició con la versión de capitalismo del Partido Comunista. El escritor ha sabido aprovechar lo que posiblemente sea la mayor expansión económica de la historia.

Y sin embargo, aunque el partido hace alarde del éxito económico del "modelo chino", muchos de sus exponentes más exitosos están cerca de la puerta de salida. Este grupo busca cosas que el dinero no puede comprar en China: aire más limpio, alimentos más seguros y una mejor educación para sus hijos. Algunos también expresan preocupación sobre la corrupción gubernamental y la seguridad de sus activos".

Añade el WSJ que una encuesta publicada en noviembre descubrió que 60% de los alrededor de 960.000 chinos con activos de más de 10 millones de yuanes (US$1,6 millones) pensaba en emigrar o estaba dando pasos para hacerlo. Los destinos preferidos en orden fueron EE.UU., Canadá, Singapur y Europa, según el sondeo del estatal Banco de China y Hurun Report, que analiza tendencias entre los acaudalados de China.

*Esta columna fue publicada originalmente en ElMundo.com.ve.