La felicidad es algo fundamental en todos los ámbitos de la vida, incluido el laboral. Las personas pasan más tiempo en el trabajo que en su casa o compartiendo con su familia y amigos. Lo cierto es que sólo el 33% de los chilenos se siente satisfecho con su trabajo, señala una encuesta realizada por Giro País. Por esta razón, resulta primordial que las empresas dediquen esfuerzos a mantener una organización motivada y feliz: sólo ello puede garantizar el éxito a largo plazo.

Las personas no se sienten motivadas sólo por recibir un buen sueldo, beneficios atractivos o por tener un jefe agradable. Los seres humanos son complejos y buscan un propósito y sentido en la vida.

En las organizaciones líderes actuales, la motivación se ha incorporado para crear valor tanto para la empresa como para los empleados, de forma horizontal y vertical, por medio de un espectro de incentivos.

Uno de los principales estímulos para que los trabajadores se sientan felices es procurar tener relaciones sólidas, de respeto y justicia entre directivos y colaboradores. Crear estos lazos de confianza propicia un mayor grado de responsabilidad por parte de los empleados: se sienten propietarios de la empresa y saben que desempeñan una función importante en la organización. Los líderes también deben ser capaces de reconocer las labores correctamente realizadas para motivar a la persona.

Las compañías modernas que valoran y persiguen la felicidad en el trabajo tienen una poderosa ventaja frente a sus competidores.

La importancia de la personalización para mantener colaboradores felices también es primordial. Los jefes deben conocer a sus empleados, saber qué le motiva a cada uno y tener en cuenta sus diferencias. El diseño de ofertas personalizadas, como programas de beneficios de acuerdo a sus propios intereses, tiene más valor que una estrategia que se adapta a toda la planilla.

Un trabajador motivado es feliz, optimista, enérgico y agradable. Reúne todas las condiciones necesarias para que la compañía obtenga resultados positivos.

Las compañías modernas que valoran y persiguen la felicidad en el trabajo tienen una poderosa ventaja frente a sus competidores.