Panamá está de moda en estos días. El aumento del PIB per cápita es uno de los mayores de América Latina, tiene grado de inversión con perspectiva positiva, ha logrado salir de las listas grises de la OCDE y cuenta con un sólido sistema bancario. Pero eso no es todo: el canal interoceánico que pasa por su territorio se expandirá a partir de 2014, y Panamá no sólo cuenta con la segunda mayor Zona Libre del mundo (Colón), sino que tiene además un millonario plan de inversiones en infraestructura. Se estima que para 2020 Panamá habrá duplicado su población y su PIB. Son sólo algunas de las buenas noticias que ha generado este pequeño país de menos de 100.000 km2 y 3,5 millones de habitantes, y que explican por qué un creciente número de multilatinas y profesionales extranjeros lo han escogido como destino de inversión y negocios.

Sin embargo, por ahora, el mercado de valores panameño está muy poco desarrollado. Por ahora.

Panamá tiene la enorme oportunidad de convertirse en el Singapur de las Américas. Pero para ello tiene que superar un gran interrogante, un Gran Si. Si logra complementar todo lo que le ha permitido diferenciarse con éxito en materia de servicios del resto de América Latina y competir directamente en muchos rubros con Miami. Si incorpora al eficiente sistema bancario un moderno mercado de valores y construir un sistema financiero poderoso. Los ases con los que cuenta Panamá para lograrlo son una moderna legislación (1999) que incluye la tenencia indirecta, el régimen fiscal territorial para el impuesto a la renta y el dólar estadounidense como moneda funcional, que coincide con la de ahorro del resto de los latinoamericanos.

Este mercado de valores diferenciado podría venir por la oferta pública de títulos valores de deuda y capital de pequeñas y medianas empresas latinoamericanas que se animen a listar sus acciones en la Bolsa de Valores de Panamá, asumiendo menores costos que en Wall Street, y registrando en Panamá los bonos denominados en dólares que ya han sido autorizados en sus respectivos países de origen.

El mercado panameño podría captar emisiones de deuda y capital de pequeñas y medianas multilatinas.

Este último punto de la oferta de títulos valores de deuda vendría a satisfacer la demanda creada por la liquidez ociosa del sistema bancario local, la ausencia de instrumentos de inversión para clientes institucionales, corporativos y el retail panameño, y el destino de ahorros en dólares de los latinoamericanos fuera de sus países en cuentas bancarias no invertidas. Éstos podrían ser los principales compradores de títulos valores de deuda y de capital de las empresas de sus propios países, que vendrían a invertir en un domicilio llamado Panamá que les ofrece seguridad jurídica, confidencialidad y ventajas fiscales.

Hoy el mercado panameño es reducido, poco profundo y está concentrado en pocos tenedores locales, mayoritariamente bancos, que obstaculizan el desarrollo de un mercado de valores.

En parte eso se debe que no existe mayor oferta, y las emisiones de las empresas privadas son estructuradas y suscritas por los propios bancos hasta su vencimiento, pero no permitiendo la democratización del capital. Su atomización beneficia sólo a los pequeños y medianos inversionistas, sino a los emisores.

Parte del reto entonces es lograr una visión conjunta de todos los participantes del mercado de valores, incluyendo el regulador, los emisores, intermediarios y asesores de inversión, para lograr que el Hub de Valores de las Américas sea realidad. Ello supone una gran oportunidad y una cura para la miopía que hoy no nos permite visionar lo que supondría la participación masiva de clientes locales y extranjeros que compran títulos en USD o incluso en sus monedas de origen.

Significaría que los extranjeros que adquieran títulos en Panamá dinamizarían no sólo el sistema financiero, sino también el bancario. Significaría más actividad para las más de 70 casas de valores con licencia para operar en Panamá.

Significaría que las casas más importantes de Ciudad de México, São Paulo, Bogotá, Lima, Santiago e incluso en Buenos Aires abrirían sucursales o corresponsales panameñas, logrando así generar en Panamá el Mercado de Valores Latinoamericano en Dólares. Por ahora, no obstante, es sólo una visión personal.