Un tribunal de bancarrotas de Estados Unidos comenzará este jueves a considerar el plan de reorganización propuesto por el Grupo Aeroméxico, mientras la aerolínea mexicana lucha contra los acreedores menores que alegan un trato injusto, en una audiencia que probablemente durará varios días.
Aeroméxico, que se acogió al Capítulo 11 de protección contra la bancarrota en Nueva York en junio de 2020, presentará a la jueza de la materia Shelley Chapman su propuesta, que inyectaría nuevo capital a la compañía y convertiría a Apollo Global Management, un inversor frecuente en empresas en dificultades, en el mayor accionista.
Aunque la aerolínea ha conseguido el apoyo que dice necesitar de sus múltiples grupos de acreedores, algunos siguen diciendo que el plan no debería aprobarse a menos que los que son menores, algunos de los cuales pueden ver sólo unos centavos por dólar, reciban mejores compensaciones.
Chapman ha reservado varios días para la audiencia, por lo que es probable que no se pronuncie sobre la propuesta el jueves. Si finalmente aprueba el acuerdo, Aeroméxico -una de las tres principales aerolíneas latinoamericanas que se declararon en quiebra durante la pandemia- podrá salir de la bancarrota.
El plan, según la compañía mexicana, reduciría su deuda en US$ 1.000 millones y salvaría unos 13.000 puestos de trabajo. Pero los acreedores menores argumentan que es excesivamente beneficioso para los actuales accionistas, entre ellos Delta Air Lines Inc y cuatro miembros del consejo de administración, a costa de ellos.
Delta y los cuatro actores mexicanos están a la espera de mantener algunas acciones en la compañía reorganizada. Delta, que se prevé tenga alrededor del 20% de la compañía después de la reestructuración, ha dicho que la aprobación del plan es fundamental para mantener su relación a largo plazo con Aeroméxico.