Encontrar un hueco en la agenda de Óscar González Rocha es toda una labor de exploración, pues a sus 73 años el ejecutivo continúa al pie de la ‘mina’ y divide su tiempo entre el Perú, México y Arizona. “Sigo al mismo ritmo, porque si no a lo mejor me voy a enfermar”, dice el presidente y CEO de Southern Copper Corporation, quien pasa dos semanas y media al mes en el país andino, una en Arizona y una y media en su México natal. El ejecutivo, que el año pasado celebró sus cincuenta años de labor profesional y curiosamente sus bodas de oro, comparte sus obligaciones en Southern Copper Peru, el Grupo México y la minera con base en Tucson Asarco, que no tiene la intención de dejar, a menos que el directorio se lo pida. “Quizá si dejo de trabajar no me vaya muy bien y mi mujer me echa de la casa”, bromea.

En enero de este año, González Rocha fue situado en el puesto 45 en el ranking de los 100 CEO con mejores resultados a nivel mundial de la revista Harvard Business Review, un reconocimiento del que se quita mérito, pues asegura que recae sobre los resultados de la empresa.

En su más de una década en el Perú, González Rocha ha sido testigo en primera línea del boom minero, cuyo devenir está sobre la mesa con el descenso de los precios de los metales y la oposición minera. Precisamente esta oposición devino en la suspensión del que iba a ser uno de los proyectos más destacados de cobre en el Perú: Tía María. No obstante, pese a ser consciente de que el movimiento antiminero se mantiene, la que es una de las mayores productoras de cobre del mundo persiste en su intención de desarrollar este proyecto y los demás que tiene en cartera en el Perú.

Con ellos Southern Copper podría superar el millón de toneladas de cobre fino en 2015. “Tú no dejarías tú casa”, dice sin rodeos al consultarle si dejará de lado a Tía María. Por lo pronto, mientras avanza en el Perú y en sus minas en México, la compañía explora proyectos en Ecuador, Chile y Argentina.
 

-La producción de minerales en el Perú no ha aumentado considerablemente en los últimos años , y en algunos casos se ha reducido. ¿A qué cree que se debe y qué podría hacerse para revertir la situación?

-La producción ha caído porque han bajado las leyes de algunos de los proyectos existentes y también porque no han salido los proyectos planeados que pudieran empezar a producir por diversas razones. La principal es que ha habido un trabajo antiminero. Esta oposición ha impedido que puedan llevarse a cabo más rápidamente proyectos de inversión nuevos y ampliaciones de los existentes. Esto se puede deber a que las empresas mismas no han tenido suficiente comunicación o relación con las comunidades donde tienen proyectos para lograr la aprobación. Además, el gobierno se ha visto un poco lento en tratar de aplicar la ley.

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-¿Cómo gestiona Southern su relación con las comunidades aledañas a sus proyectos?

-Nuestra empresa es de las más antiguas. Tiene más de cincuenta años en el Perú, y hay relaciones que ya se tienen en regiones como Tacna o Moquegua, donde tenemos más tiempo trabajando con las comunidades. En otras nuevas como Apurímac o Arequipa hubo probablemente errores de la compañía o de las empresas que se han contratado para que hagan los estudios de impacto ambiental, lo que ocasionó que no se progrese en el desarrollo de nuevos proyectos y ampliaciones.

-¿Cómo avanzan sus principales proyectos en el país?

-El proyecto Los Canchas, en Apurímac, está un poco retrasado. Apenas estamos terminando el estudio de factibilidad y viendo bajo qué bases se va a invertir. En principio se trata de un proyecto con una inversión de cerca de US$1.200 millones, aunque tiene que confirmarse esa cifra. En cuanto a Tía María, ya tenemos varios años tratando de sacarlo. Fue suspendido por el ministerio de Energía y Minas. No obstante estamos haciendo nuevamente el estudio de impacto ambiental. Estamos trabajando porque queremos llevar a cabo nuestros proyectos. Somos insistentes y perseverantes, y no nos vamos a dejar abatir porque son proyectos que van a beneficiar al país. La inversión superaría los US$1.000 millones porque los costos han subido, y cuando se suspendió vendimos los equipos. Trabajamos con las comunidades para realizar de nuevo la participación ciudadana, que incluye dos talleres. También trabajamos en la ampliación de Toquepala con las comunidades para lograr que la audiencia se haga a mediados de año y podamos iniciar la construcción.

-¿Han contemplado la posibilidad de dejar esos proyectos en el caso de que las comunidades se opongan?

-No dejamos nada. Lo que tenemos ya lo tenemos. Tú no vas a dejar tu casa. Puede que la vendas, pero no pensamos vender nuestras concesiones.

-El precio del cobre viene cayendo y el promedio anual en abril se situó en US$3,51. ¿Continúa siendo viable sacar adelante los proyectos detenidos?

-Nuestro costo de operación en 2012 fue menor al dólar, así que a US$3 todavía es viable. Ahora, sí es cierto que son menores los ingresos y las utilidades. El año pasado, el ingreso bajó. Vendimos unos US$6.600 millones y nuestra utilidad fue de cerca de US$2.000 millones. Claro, en 2012 el precio promedio fue de US$3,61 y ahora está en los US$3,51, a pesar de que ha bajado en abril.

-¿Cuáles son las previsiones de Southern respecto al precio del cobre?

-Tenemos pronosticado para este año alrededor de US$3,50 por libra. Los analistas son muy variables. Hay quienes predicen más de US$4 y otros que dicen US$2,80. Nos da la impresión de que hay un poquito de especulación de los mismos agentes de bolsa o analistas, porque no es posible que cambien tanto las condiciones en un mes para arriba y para abajo.

-Con menores precios y una producción en descenso, ¿cree que el Perú ha dejado de ganar mucho dinero?

-El Perú ha dejado de recibir los impuestos que corresponden. Por lo tanto, sí ha dejado de percibir más dinero, a pesar de que el año pasado el gobierno de Humala restituyó el impuesto especial a la minería. Nosotros en 2012 pagamos S/. 1.300 millones en impuestos. El impuesto especial se negoció con el gobierno y se acordó que iba a utilizarse para desarrollar infraestructura en las zonas más pobres del país, pero hasta ahora no hemos visto nada de eso, aunque hay indicaciones del Ministerio de Transportes y Comunicaciones de que se va a invertir en nuevas carreteras y mejorar las existentes. Nosotros intentamos que el gobierno siguiera con el impuesto de aporte voluntario anterior porque las comunidades nos pedían lo que querían y lo ejecutábamos con ese impuesto rápidamente. Desgraciadamente se dijo que el Gobierno Central necesitaba fondos, y se puso ese impuesto.

-¿Cuál es su estrategia para prevenirse de los descensos del precio del cobre?

-Los costos a nivel de minería han subido también bastante y nosotros hemos tratado de disminuirlos. Lo hacemos en Toquepala y Cuajone a base de mejorar las condiciones tecnológicas de operación, y estamos invirtiendo en ello. En el caso de Toquepala, por ejemplo, hemos eliminado el ferrocarril poniendo un edificio de chancadoras para mandar por banda o faja el mineral hasta la concentradora. Debería empezar a trabajar a finales de año. Lo mismo haremos en el caso del material de desmonte en esa mina y en Cuajone.

-¿Cómo esperan que les vaya en 2013?

-Este año si comparamos el primer trimestre con el mismo de 2012 las utilidades netas bajaron cerca de 20%. Aunque aumentaron las producciones de Cuajone y una de nuestras minas de México, en la mina mexicana de Buenavista y en la peruana de Toquepala bajaron las leyes. En molibdeno bajaron las leyes de Toquepala y Cuajone. No obstante, creemos que los resultados de producción mejorarán el resto del año, y esperemos que el precio se mantenga dentro de los rangos que hemos previsto.

-¿Qué inversiones planean llevar a cabo este año?

-Esperamos invertir US$1.800 millones, de los cuales US$1.450 millones se invertirán en México, en nuestra mina de Buenavista y los US$350 millones restantes en el Perú. Este año en Tía María tenemos únicamente US$50 millones invertidos. La mayor inversión sería en 2014 y 2015 porque nos llevará dos años construir la mina para que se pueda producir tras la aprobación.

-¿Piensan hacer nuevas emisiones para conseguir financiamiento?

-Hasta ahora tenemos los US$1.500 millones de la última emisión y hemos estado usando nuestras utilidades; no se han repartido todas entre los accionistas. En 2014 la inversión probablemente supere los US$1.800 millones porque incorporaremos una nueva concentradora en Buenavista, que supondrá más de US$1.000 millones, y esperamos que Tía María y la ampliación de Toquepala entren y serán más de US$2.000 millones. Si fuera necesario tendríamos que recurrir al mercado emitiendo nuevos bonos.

-En 2012 su producción de cobre fue de aproximadamente 650.000 toneladas. ¿Cuándo esperan superar el millón?

-Cuando Buenavista pase de 180.000 toneladas a 480.000 toneladas para finales de 2015 y si se lleva a cabo la ampliación de Toquepala, que son otras 100.000 toneladas, y Tía María, que son 120.000 toneladas. Para esa fecha deberíamos andar en 1.200.000 toneladas.

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-¿Planean desarrollar nuevos proyectos de exploración en el Perú?

-Exploramos en las zonas cercanas a nuestras minas en Moquegua y Tacna, pero también en el área de Trujillo y Arequipa.

-El gobierno peruano se habría planteado la posibilidad de ingresar como accionista minoritario en algunos proyectos mineros para garantizar a las comunidades que serán beneficiadas por la minería y mediar en los conflictos. ¿Qué opina de ello?

-Nosotros creemos que en una democracia la inversión la deben hacer las empresas privadas y no el gobierno, como sucede en los países desarrollados. No al estilo de Venezuela u otros donde lo hace el Estado. Parece que el Estado del Perú anda pensando en eso últimamente, pese a que no fue lo que inicialmente se dijo, aunque en el discurso de inicio de gobierno del presidente Humala algo mencionó. Nosotros creemos que no va a ser favorable. En los medios ya se han publicado las pérdidas de Petroperú. No les va a llegar mucho a las comunidades si hay pérdidas.

-El proyecto de Las Bambas está a la venta tras la condición del gobierno chino para la fusión de Xtrata y Glencore. ¿Se encuentra Southern entre los postores?

-Podríamos estudiarlo. Las japonesas Mitsui y Marubeni nos han contactado para ver si entramos juntos a comprar el proyecto. Sería una propuesta que habría que analizar porque no es fácil. Es un proyecto bastante grande y tiene que analizarse con detalle y ver con qué precios. Imagino que estará interesado Chinalco, que es dueña de Toromocho, y algunas otras empresas chinas. Si el Gobierno chino lo promovió debe tener a alguien detrás para tratar de comprarlo.

-¿Le preocupa que el comprador sea chino y aumente la presencia en el Perú de empresas del país, que es el principal comprador de cobre mundial?

-La cuestión es que alguien lo compre y lo desarrolle. El proyecto tiene su estudio de impacto ambiental aprobado, aunque ha habido algunos intentos de paralizarlo con las comunidades. No veo problema con que el postor sea chino o hasta de Marte si vinieran los marcianos. El tema es que se invierta y se desarrolle. El problema será conseguir a tanto trabajador para desarrollar los proyectos, que es otro problema que se está presentando en el Perú, Chile, México e incluso EE.UU.

-Un informe de la Dirección General de Salud Ambiental alertó sobre la presencia de altos niveles de contaminación de metales pesados en las aguas que filtran desde el embalse de relaves de Southern en Tacna. ¿Cuál es su posición al respecto?

-El agua del represo de relaves es un agua industrial, porque es producto de una explotación minera. Pobladores que invadieron la zona cercana al represo prácticamente robaron el agua y nadie dijo nada. Es un agua que no es buena para beber ni para sembrar de tallo bajo, y Digesa está queriendo aplicar la normativa como si fuera para uso humano, pero no lo es. Si quieren que sea para uso humano no se cumplirá con las disposiciones de la reglamentación ambiental. Lo estamos viendo en el juzgado.

-¿Cree que se ha recrudecido la labor fiscalizadora del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA)?

-Yo creo que el OEFA debe multar a todos los que no cumplan con la ley, y nosotros hasta ahora no hemos tenido esos problemas. Sí estamos preocupados porque hay una norma de 2008 que establece que en las refinerías el límite para que haya una buena salud en las personas debe bajar de los 80 miligramos por m3 actuales a 20 miligramos. Es algo que nadie va a cumplir porque no hay tecnología en el mundo para eso. Japón está en 105 miligramos, Estados Unidos por encima de 100 y Europa en 140. Trabajamos con los ministerios de Energía y Minas y del Ambiente para que no cambien el límite. Si no se cambia se tendrá que cerrar nuestra refinería y fundición y dejar 1.600 familias sin trabajo.

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-La Cámara Baja de México aprobó un proyecto de ley para introducir una regalía minera del 5% en el país. ¿Le preocupa que se promulgue esta nueva normativa?

-Nos preocupa y nos afecta económicamente. También a los trabajadores a los que por ley repartimos el 10% de las regalías sobre las utilidades. Va a ser inferior que en el caso peruano, en el que si se suman utilidades e impuesto especial está en más de 6%, pero de no tener nada antes a un 5%, pues sí lo vamos a notar.

Nuevos proyectos
-¿Cómo avanzan sus planes de exploración más allá del Perú y México?

-Estamos por empezar exploraciones en Argentina y Ecuador. En Chile estamos por definir si desarrollamos un proyecto de los que hemos explorado, que eran concesiones de Asarco y que fueron traspasadas a Southern. Es una mina subterránea de oro principalmente, y el gobierno de Chile nos ha insistido que nos dará todas las facilidades para que haya ese desarrollo. Ellos también están con menores leyes en sus minas y menor producción, y también sus costos se han elevado, por lo que les preocupan sus menores ingresos.

-¿Cree que Ecuador es un país especialmente interesante para hacer nuevas inversiones?

-Tiene sus leyes especiales como todo país. Igual que Argentina, donde hay comunidades que no están a favor de la minería y con justa razón, como Mendoza, que es más de producción de vinos que de metales. En Ecuador estamos asociados con una compañía que ya está establecida y que tiene las concesiones. Si desarrollamos proyectos tendríamos un 75% de propiedad. Yo creo que este año se debe consolidar lo de Ecuador para iniciar un proyecto en 2014 si se cumple con los requisitos. En Argentina estamos empezando y la Corporación Minera de Argentina nos está ayudando bastante porque quiere conseguir inversiones en minería porque prácticamente el país no tiene.

-¿Hacer minería es igual de difícil en el resto de región que en el Perú?

-En los últimos años se ha perjudicado al Perú por estos problemas de los antimineros, que no existen en otros países. No hay esos problemas que se han presentado últimamente en el Perú, no sé si por razones políticas o realmente buscando mejorías para quienes se oponen a la minería o porque están promocionados económicamente por otras naciones que no quieren que se desarrolle la minería en el país.

-¿Han reducido los conflictos sociales el interés de Southern por invertir en el Perú?

-No están impidiendo que el interés de la compañía se mantenga. El Perú ha sido un país que, tanto con los anteriores dueños como desde que Grupo México compró la compañía en 1999, nos ha tratado bien. Estamos muy contentos en el Perú, y creemos que debemos seguir explotando en él. Definitivamente el Perú debe diversificar sus producciones y exportaciones. El Perú puede crecer aún mucho más si se desarrolla también aparte de con los minerales con otras producciones. Creemos que debemos llevar a cabo esas inversiones, porque son beneficiosas para todo el mundo, para la empresa, los trabajadores, el país y las propias comunidades.