El Valle de La Muerte, cuenca del desierto de Mojave en California, es el término utilizado por el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, para describir el momento en que puede escasear la producción de gas natural y aumentar la oferta. Lo sitúa entre 2020 y 2025. En los negocios describe el instante en que los emprendedores agotan sus recursos para continuar con su empresa. La industria petrolera doméstica puede verse abocada a ese momento de baja producción si continúa siendo asediada por las comunidades “fantasmas”, que no permiten el desarrollo de nuevos proyectos exploratorios.
En el mundo, la industria petrolera enfrenta una drástica caída del precio que, en conjunto con otros factores nacionales como El Niño, el cierre de la frontera con Venezuela, los constantes ataques a la infraestructura de transporte y demás dificultades operacionales en las regiones, ha generado un escenario complejo en materia de producción. No obstante lo anterior, Echeverry asegura que adicionará 25.000 barriles de crudo a sus actuales reservas e invertirá US $130 millones, desde la fecha hasta finales de 2016 para lograrlo.
- ¿Cómo va pasando este trago amargo de precios bajos y raquíticas utilidades?
Lo primero es que la compañía ha recortado costos de una manera muy drástica: lo segundo, que hemos bajado inversión, cuidando la caja. Lo más importante ha sido cuidar la caja e imponernos una disciplina de capital, que es hacer sólo cosas rentables. Llevamos un año cuidando la caja. Ya, en este momento, podemos volver a perforar. La perforación come mucha caja y ya empezamos en Rubiales y Castilla. Vamos a hacerlo con un programa que se llama 25K, que es 25.000 barriles nuevos adicionales de acá a diciembre.
- ¿Las protestas sociales cómo están afectando los programas de exploración petrolera de Ecopetrol?
La protesta social sí hay que enmarcarla en un tema de soberanía. Si usted es una empresa legal, con todos los permisos de la ANH (Agencia Nacional de Hidrocarburos), de la ANLA (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales) y pagó la servidumbre, es decir, tiene todo en regla, a usted lo tienen que dejar trabajar. Es como si usted tiene una panadería y le dicen que no puede tener un panadero y dos niñas (para atender), sino que tiene que tener dos panaderos y seis niñas; entonces, le dicen: “Le cierro su panadería”. Es lo mismo que nos están haciendo a nosotros, no dejarnos trabajar en negocios legales, lícitos con todos los permisos. Hay un tema de soberanía que hay que dejar en claro por el Estado. La protesta social hay que enmarcarla dentro de lo que es razonable.
- ¿Hay presencia de las llamadas comunidades fantasmas?
Por supuesto; esto se ha vuelto objeto de oportunismo. La gente sabe que vamos a perforar en determinada coordenada. Entonces aparecen dos o tres familias que se establecen exactamente en esa coordenada, donde se va a abrir un pozo. Eso, naturalmente, da la impresión de que hay un oportunismo muy grande y usted sabe que el futuro de Ecopetrol y de cualquier compañía petrolera es la exploración.
- ¿Cuántas zonas de exploración tiene Ecopetrol en este momento?
Tenemos cuatro oportunidades de exploración: en las comunidades u’wa entre Arauca y Boyacá; en Guamal (Meta); otra un poco al norte de la serranía de La Macarena y en el valle bajo del Magdalena. En todas hay temores de que no se pueda perforar pozos exploratorios, que es lo que le da futuro a la compañía. Sí debemos tener un apoyo fuerte y decidido del Estado.
- ¿Cómo se pueden cuantificar esas acciones para la industria petrolera, para el país y Ecopetrol en particular?
Lo más costoso son los ataques del ELN, que nos mantuvo cerrado el campo Caño Limón por 45 días. Al oleoducto Caño Limón Coveñas le hicieron varias voladuras y eso costó más de 50.000 barriles diarios durante 45 días; eso le provocó un costo tanto a la Oxy como a Ecopetrol.
- ¿Qué fue lo que más se afectó con esos ataques?
En valor no es una suma exorbitante, pero sí golpeó la producción nacional. Golpeó las utilidades de Ecopetrol y nos puso un reto adicional para mantener las metas (de producción) de este año. Obviamente, golpea tanto el segmento de producción como el de transporte.
- ¿De dónde van a salir los 25.000 barriles adicionales de acá hasta diciembre de 2016?
Los 25K son tres iniciativas: una es mantenimiento de pozos, que resulta muy barato de hacer y son altamente productivos en petróleo. Otra es reabrir los campos CPO-09 (Akacias) y Caño Sur, que producen unos 8.000 barriles día; los habíamos cerrado porque eran muy costosos. Ahora hemos bajado los costos por debajo del precio actual; entonces ya pueden volverse a abrir. El tercero es reiniciar la perforación en varios sitios.
- ¿Dónde se desarrollará el programa de perforación?
Esa perforación incluye Castilla, La Cira, Quifa y Boquerón y mantenimiento de pozos en La Cira, Chichimene, Huila, Putumayo, Nare y Apiay. En eso nos vamos a gastar 100 millones de dólares de inversión y 30 millones de dólares en gastos operativos. Son 130 millones de dólares que entran a la economía entre hoy y el 31 de diciembre.
- En el Caribe, ¿cómo van los trabajos de búsqueda de hidrocarburos?
Debe llegar un barco en diciembre, contratado por Anadarko (socio de Ecopetrol), que viene de África a perforar al lado de Kronos y el bloque Purple Ángel. Esperamos estar perforando ahí el segundo pozo, que es el de evaluación de lo que hicimos en Kronos.
- ¿Cuáles son las expectativas en esta zona?
La expectativa es gas. Ahí ya encontramos gas seco; ahora toca evaluar qué tan grande es el descubrimiento que tuvimos, ya tenemos algunas apreciaciones y somos optimistas. Anadarko es la empresa que debe decir el tamaño de los hallazgos.
- ¿Qué es el valle de La Muerte, tema al que hizo alusión usted para referirse a la escasez de gas en el año 2020?
El valle de La Muerte es que nosotros tenemos un declive en la producción de gas de Ballenas y de Cusiana y Cupiagua. El aumento del gas del Caribe se sucede en 2025; entonces, entre los años 2020 y 2025, va declinando (la producción) y no aumenta lo otro (oferta). Eso genera un bache en donde la demanda es menor que la oferta. Esto lo podemos llenar con gas nuevo, que puede salir de dos pozos que queremos perforar. Uno se llama Siluro y el otro, Molusco, que están cerca de Ballenas en La Guajira. Se puede llenar ese valle de La Muerte con gas de Canacol, Ecopetrol, Hocol y la regasificadora, pero lo llamamos así para que se entienda que es un periodo de unos cuatro o cinco años con una demanda mayor que la oferta.
- ¿Qué decirles a los accionistas sobre la suerte de la acción y los dividendos?
Los accionistas van detrás de dos cosas: que el precio de la acción suba. Ha estado subiendo, fluctuando alrededor de $1.350-$1.400; está mucho mejor que hace un año. Segundo, estamos trabajando muy duro para que esa realidad siga siendo eficaz. Tercero, podemos esperar dar utilidad este año. Eso no se sabe sino al 31 de diciembre y en ese momento la asamblea decidirá en abril si distribuye o no dividendos. Estamos trabajando y sudando petróleo para producirles utilidades.
- El ministro de Hacienda dijo que no se esperan dividendos para 2017.
Eso fue muy conservador, lo cual me parece muy bien porque indica que, como hay incertidumbre, es mejor no hacer las cuentas de la lechera y poner unos dividendos que todavía son muy inciertos. Pero quiere decir que nosotros estamos trabajando muy duro para producir utilidades.