La petrolera estatal brasileña Petrobras ha anunciado que, ante el impacto de la crisis provocado por la pandemia de coronavirus ha decidido reorganizar su plan de inversiones hasta 2025, pasando de los US$64.000 millones iniciales a un rango que oscila entre los US$40.000 y los US$50.000 millones, lo que implica una reducción de al menos US$14.000 millones.
Así se desprende de un comunicado remitido al regulador brasileño, en el que la compañía petrolera ha explicado que esta reducción obedece a una revisión de su cartera de proyectos en el segmento de exploración y producción.
En la nueva estrategia, los campos de la ciudad de Búzios pasarán a tener una importancia mayor en la cartera de la compañía, con aproximadamente el 71% de la inversión total de exploración y producción entre 2021 y 2025, frente al 59% representado en el anterior plan estimado entre 2020 y 2024.
Entre otros factores, el plan diseñado por la empresa recoge el objetivo de deuda bruta de US$60.000 millones en 2022; el foco en la resiliencia de la petrolera, con proyectos que busquen el 'breakeven' (umbral de rentabilidad) en el precio del barril de Brent, con un máximo de US$35 por barril; y la revisión de toda la cartera de inversiones y desinversiones.
En el nuevo diseño también se observa una optimización de la inversión exploratoria, los compromisos pactados con la Agencia Nacional del Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP) y las optimizaciones, aplazamientos y cancelaciones oportunas.
Además, el nuevo plan de inversiones recoge un nuevo nombre para el campo de Lula, en honor al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que se llamará Tupi, acorde con la determinación de la ANP.
Por otro lado, la compañía ha informado del inicio de las negociaciones con SBM Offshore para contratar el fletamento de una unidad flotante de producción y almacenamiento en el campo de Búzios, en la Cuenca de Santos.