Ciudad de México. Más del 80% de la multimillonaria pérdida de la mexicana Pemex en el primer trimestre se debió a los efectos que en su contabilidad tuvo la depreciación del peso, pero las pérdidas reales se acumularán a menos que la estatal modifique sus planes, incluso previos a los coletazos del coronavirus.
Esto se debe a que los precios promedio del petróleo mexicano seguramente serán mucho más bajos en el segundo trimestre que en el primero, tras caer en abril a un promedio de poco más de US$12 por barril, o menos de la mitad de su promedio del primer trimestre de aproximadamente US$26.
Pemex reportó la semana pasada casi US$20.000 millones en pérdidas cambiarias durante los primeros tres meses del año, el grueso de los casi US$24.000 millones de pérdida neta en el período, lo que representó en papel uno de los peores reportes financieros corporativos de la historia.
Para Pemex, que opera principalmente en dólares, tales distorsiones generadas por la depreciación de la moneda no reflejan una salida de flujos de efectivo. El peso se depreció un 25% frente al dólar en el primer trimestre del año.
De hecho, se compraron más bonos de Pemex que se vendieron tras el anuncio de los resultados, según mostraron datos de MarketAxess, ya que los inversores en su mayoría ignoraron el último conjunto de números negativos, que siguió a la designación de los bonos como "basura" por una segunda agencia de calificación crediticia el mes pasado.
"Es una pérdida en papel", dijo John Padilla, director gerente de la consultora petrolera IPD Latin America, refiriéndose a cómo se reflejó la caída del peso en el resultado trimestral.
Pablo Medina, analista de la consultora Welligence, dijo que en lo que va del año, tanto las compañías petroleras privadas como las estatales han reducido en promedio sus presupuestos de inversión en un 30%, mientras que Pemex ha anunciado solo un recorte del 13% para su plan del 2020.
No obstante, advirtió que "montañas de efectivo" desaparecerán durante el resto de este año si los precios se mantienen bajos debido al exceso de oferta mundial, el almacenamiento casi completo así como por el menor valor del crudo pesado y alto en azufre de Pemex.
¿Buen negocio? La insistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador en aumentar la producción petrolera de Pemex este año, a pesar de la caída de los precios, significaría resultados negativos para la estatal en el corto plazo.
Pablo Medina, analista de la consultora Welligence, dijo que en lo que va del año, tanto las compañías petroleras privadas como las estatales han reducido en promedio sus presupuestos de inversión en un 30%, mientras que Pemex ha anunciado solo un recorte del 13% para su plan del 2020.
"Según nuestros cálculos, tendría que reducir (la inversión de capital) en un 75% para superar esta crisis", señaló Medina al afirmar que Pemex tienen una gran cantidad de campos petroleros no rentables a los precios actuales.
El experto argumentó que unos 400,000 barriles por día (bpd) de la producción actual de crudo de Pemex de aproximadamente 1.7 millones de bpd no son rentables en medio de los precios vigentes, que esta semana rondaban 20 dólares por barril.
La oficina de prensa de Pemex no respondió a múltiples solicitudes de comentarios para esta nota.
López Obrador, un nacionalista petrolero, se ha comprometido reiteradamente a revivir a Pemex con una combinación de ahorros provenientes de su lucha anticorrupción, inyecciones periódicas de capital y una reducción de impuestos.
El presidente calificó el petróleo como un "buen negocio" cuando se le preguntó el jueves sobre la pérdida de Pemex en el primer trimestre, argumentando que los precios están subiendo. Además defendió los precios de producción relativamente bajos de la empresa, cuyos ejecutivos la cifraron recientemente en alrededor de US$14 por barril.
Colapso de ingresos en dólares. Como la mayoría de las otras compañías petroleras estatales latinoamericanas, Pemex tiene la mayoría de sus ingresos y gastos en dólares.
Los reportes financieros en pesos reflejan ingentes saldos de deuda en monedas extranjeras, principalmente dólares, que se ven mucho más inflados cuando el valor de la moneda mexicana se desliza como lo hizo en el primer trimestre.
Pero Pemex paga su deuda con los dólares que obtiene de las ventas de crudo, no con pesos, lo que significa que las pérdidas en papel no afectan su capacidad de pago.
Incluso sin que los números se inflen en términos de pesos, la deuda financiera de Pemex sigue siendo la mayor de todas las petroleras del mundo con casi US$105.000 millones.
Además, la pérdida no cambiaria de Pemex de unos US$4.000 millones sigue siendo un gran dolor de cabeza, dijo Víctor Gómez Ayala, economista senior de la firma financiera Finamex. "Sus ingresos en dólares están colapsados también".