Sao Paulo. La brasileña Embraer SA dijo el lunes que había comenzado un proceso de arbitraje contra Boeing Co, luego de que el fabricante estadounidense de aviones cancelara abruptamente durante el fin de semana un acuerdo de US$4.200 millones que llevaba años en proceso.

Las acciones de Embraer cayeron hasta un 16% en Sao Paulo a un mínimo de más de 8 años debido a las noticias de la cancelación, lo que sugiere que los inversores esperaban hasta el último minuto que el acuerdo de adquisición no se cayera.

El repentino colapso, provocado por una fecha límite que Boeing se negó a extender, provocó una respuesta iracunda de Embraer el sábado.

Pero el lunes, cuando los ejecutivos de Embraer organizaron una llamada con analistas, la fuerte retórica estuvo ausente en gran medida. La brasileña se encuentra en una situación delicada, ya que apostó por el futuro de la compañía en Boeing solo para encontrarse ahora aislada y sin un Plan B, todo mientras la crisis del coronavirus asola la industria de viajes.

Aun así, Embraer intentó tranquilizar a los inversores de que sigue siendo una compañía sólida, aunque su presidente ejecutivo, Francisco Gomes Neto, reconoció que 2020 será un año "difícil" y que 2021 "será peor de lo que pensábamos".

Gomes Neto agregó que Embraer ha podido identificar ahorros en efectivo por US$1.000 millones para 2020, y que no ha sufrido ninguna cancelación de pedidos de aviones debido a la crisis generada por el coronavirus. Se negó a proporcionar más detalles sobre el proceso de arbitraje y si irá unido a una demanda en un tribunal brasileño o estadounidense.

Embraer esperaba vender el 80% de su rentable unidad de aviación comercial a Boeing y beneficiarse del poder de marketing de la estadounidense para aumentar las ventas de sus aviones regionales E2 -elogiados por su eficiencia de combustible-, incluso cuando las entregas han sido lentas.

Luego usaría el efectivo de Boeing para eliminar toda su deuda previa y pagar un dividendo de US$1.600 millones.

Mientras tanto, Boeing tenía el objetivo de competir más directamente con Airbus en el segmento de aviones regionales.

Embraer, una exempresa estatal, tiene una estrecha relación con el gobierno brasileño, que tiene poder de veto sobre las decisiones estratégicas, y sigue siendo un importante proveedor de tecnología militar.

"Quizás comencemos nuevas negociaciones con una nueva compañía", dijo el lunes a periodistas el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, un capitán de ejército en retiro, quien había apoyado y aprobado el acuerdo de Boeing, incluso mientras otros miembros del ejército seguían sospechando que la participación de Boeing podría afectar los intereses brasileños.

Gomes Neto no descartó una posible nueva venta a una compañía diferente, pero declinó hacer más comentarios. Se unió a Embraer hace solo un año y no formó parte del equipo ejecutivo que elaboró ​​el acuerdo con Boeing.