Sao Paulo. La eléctrica estatal brasileña Eletrobras vendió este lunes a su filial de distribución de energía, Amazonas Energia, en una subasta, pero dijo que asumirá una deuda de 13.000 millones de reales (US$3.333 millones) antes de pasársela al nuevo propietario.
El consorcio brasileño Oliveira Energia-Atem, que ya había comprado otra empresa de distribución de energía a Eletrobras en una subasta anterior, fue el único postor y ganador en la subasta. Pagó una cantidad simbólica de 50.000 reales (US$12.768) y asumirá una deuda de 2.200 millones de reales (US$561 millones).
Sin embargo, el resultado de la subasta no se pudo validar todavía porque un juez brasileño decidió suspender el proceso hasta que un tribunal laboral dictamine sobre una solicitud de un sindicato que representa a los trabajadores de Amazonas Energia.
El sindicato dijo que los estudios sobre el impacto de la privatización en los empleados de la empresa deberían haberse realizado antes de la subasta.
El Ministerio de Hacienda ha estimado que con la privatización de Eletrobras ingresarán a las arcas públicas cerca de 12.000 millones de reales (US$3.200 millones).
El presidente de Eletrobras, Wilson Ferreira Jr, dijo después de la subasta en la bolsa B3 de Sao Paulo que la compañía apelará el fallo.
Eletrobras ve la venta como parte de un programa de desinversión más amplio que busca deshacerse de los activos no básicos y reducir la deuda.
Eletrobras, o Centrais Elétricas Brasileiras SA, es el grupo de poder más grande de Brasil. El gobierno tenía planes de vender su participación de control en el conglomerado, pero la legislación necesaria para permitir la operación nunca fue aprobada.
Eletrobras ya vendió sus distribuidoras en Piauí, comprada por la Ecuatorial Energía, en Acre y en Rondônia, adquiridas por Energisa, y en Roraima, que se quedó con Oliveira Energia.
El Ministerio de Hacienda ha estimado que con la privatización de Eletrobras ingresarán a las arcas públicas cerca de 12.000 millones de reales (US$3.200 millones).
Brasil tendrá una nueva administración federal a partir del 1 de enero. El presidente electo de derecha Jair Bolsonaro ha abogado por impulsar las privatizaciones.