Bogotá. El pasado cinco de diciembre las Comisiones Económicas del Congreso de la República aprobaron el proyecto que propuso gravar con el Impuesto de Valor Agregado (IVA) a toda la cadena de consumo de bebidas azucaradas y cervezas.

Antes de esto las gaseosas solo eran gravadas en un solo eslabón de su cadena, es decir que solo pagaban una vez el tributo. Con la modificación, los productores de estas bebidas calculan que el cliente final sentirá un incremento en su precio entre el 10% y el 15%.

Coca-Cola Femsa, el embotellador de origen mexicano más grande del mundo de productos Coca-Cola, comunicó que esta medida pone en riesgo sus inversiones y estabilidad operativa.

En primer lugar, la empresa señala que en el año 2009 el Grupo FEMSA decidió invertir US$300 millones en la sede de la embotelladora que se encuentra situada en el municipio de Tocancipá, Cundinamarca. En este complejo habitan cinco compañías.

Para Coca-Cola Femsa dentro de los principales afectados estarían los pequeños comerciantes que, a cuenta de este cambio, disminuirían sus ingresos ya que las gaseosas representan entre el 20% y 30% de sus ventas.

La organización asegura que la viabilidad de la inversión destinada en este proyecto depende de las condiciones de la base gravable del IVA al interior de las Zonas Francas que venía desarrollándose de una manera monofásica, es decir, aplicada a un solo eslabón de la cadena de consumo.

En palabras simples la empresa decidió destinar dicha cantidad de dinero haciendo el cálculo sobre el modelo antiguo de recaudo del IVA, hoy con las reglas de juego cambiadas aseguran que su inversión se encuentra en peligro.

Por otro lado, calculan que el cobro del IVA a distintos eslabones de la cadena significaría un incremento en el precio al consumidor final del 20%, “causando una grave afectación a las ventas de la industria de similar magnitud”, es decir, estiman que la comercialización de las gaseosas caería, o se verían impactada, en cerca del 20%.

Para Coca-Cola Femsa dentro de los principales afectados estarían los pequeños comerciantes que, a cuenta de este cambio, disminuirían sus ingresos ya que las gaseosas representan entre el 20% y 30% de sus ventas.

Sumado a lo anterior, la compañía criticó el nuevo modelo al decir que se pasaría de la seguridad del recaudo depositada en el productor, a una cadena que se encuentra altamente atomizada, informal y con la incapacidad técnica y de recursos para asumir la responsabilidad del IVA.

“Tenemos una responsabilidad con nuestros socios inversionistas, colaboradores, aliados y consumidores, por ello esperamos que se mantenga la seguridad jurídica como respaldo a la confianza inversionista, concluyó.