La empresa Arauco dejó de fabricar uno de sus productos más clásicos y emblemáticos: el cholguán.
La decisión implica el cierre de la línea HB en el complejo Trupán Cholguán en la región del Bío Bío, donde la mayoría de los trabajadores fueron reubicados.
El popular cholguán data de la década del 50 y es conocido principalmente por su uso en la parte trasera de los muebles, como fondo de cajón, en puertas, como embalaje, en la industria automotriz e incluso, como alternativa para pisos.
Pero en los últimos años fue siendo desplazado, debido a la aparición de otros tableros y materiales como las melaminas, el trupán y la fibra de vidrio.
El cholguán tomó el nombre de la zona donde se comenzó a fabricar, como una forma de industrializar las plantaciones de pino en las cercanías de Huépil, pertenecientes actualmente a la región de Ñuble.
Guillermo Mendoza, subgerente de Asuntos Públicos de Arauco, comentó que tras la primera producción en 1957, se posicionó muy bien como producto para la construcción y la mueblería.
A poco andar surgió la necesidad de ampliar la planta, lo que, en su momento, se tradujo en la instalación de equipos adicionales en algunas de sus áreas.
Juan Cifuentes operó la sala de control de Cholguán durante varias décadas, lamenta el cierre de la línea HB, pero entiende que responde a un proceso normal de una sustitución de productos por tecnologías más modernas y más eficientes.
Fue la aparición de nuevos productos, fundamentalmente el MDF delgado, sumado a la fuerte competencia del mercado nacional, lo que provocó una baja en la demanda y por ende, una baja en la producción que ha sido sostenida en el último tiempo.
El ejecutivo de Arauco recuerda que se llegaron a fabricar 55 mil metros cúbicos al año de este producto en la única planta en Chile que elaboraba cholguán.
En el Complejo Trupan Cholguán se sigue produciendo MDF en varias densidades y en espesores de 3,0 a 50mm (dos líneas), Molduras de MDF, tableros melamínicos, tableros laqueados, vigas laminadas, maderas aserrada y molduras de finger joint, con una dotación cercana a los 1.600 trabajadores en total.
Con el cierre de esta línea, se ha intentado reubicar a la mayor cantidad de trabajadores hacia otras líneas productivas, lo que ha permitido que las desvinculaciones no superen el 3% del total de colaboradores de la planta.