En octubre del 2013, el Pacific National Bank (PNB) y su fiduciario Robert Barnett, anunciaron la firma de un acuerdo definitivo de venta de esa entidad bancaria, que pertenecía al Banco del Pacífico.
Al cumplirse casi un año del evento, el presidente del Pacífico, Efraín Vieira, anunció en entrevista con diario Expreso que el cierre de la venta podría darse en octubre próximo, según le había informado Barnett.
En octubre pasado, el PNB indicó que el acuerdo se había logrado con un grupo de inversionistas privados de Estados Unidos. También que la cifra global de la venta “incluyó una prima por encima del valor contable tangible al momento del cierre de la operación, con sujeción a ciertos ajustes habituales”.
En ese momento se dijo que la transacción está sujeta a la aprobación del regulador principal del Banco.
Entre tanto, en diciembre del 2013, el periódico South Florida Bussiness Journal informó que tuvo acceso a los nombres de los inversores, que pertenecían a la firma Black Diamond. Estos son: Michael P. Moreno, Stephen H. Deckoff, Leslie A. Meier y Mounir Nahas. Moreno había aclarado que la firma de gestión de activos no forma parte de la adquisición del banco, aunque las personas que se mencionan sí eran parte de dicha firma.
Por su parte, Carlos Fernández-Guzmán, actual presidente y director ejecutivo del PNB, se mostró contento “de que el PNB siga sirviendo a las necesidades de los residentes del sur de la Florida, la comunidad empresarial y los clientes ecuatorianos”, además de que –dijo– buscan expandir su marca.
El traspaso de acciones del Banco Pacífico Ecuador (BPE), propietario del Pacific National Bank (PNB) de Miami, a la Corporación Financiera Nacional, decidido por la Presidencia de la República, fue la razón para que la Office of the Comptroller of the Currency (OCC) y el Consejo de Gobernadores de la Reserva Federal en EE.UU. decidieran que el banco estadounidense sea vendido de manera obligatoria.