Bogotá. La semana pasada Terpel anunció un acuerdo para comprar los activos (lubricantes y combustibles) de ExxonMobil en Colombia, Ecuador y Perú. Un negocio que superarían los $1,72 billones (US$601 millones), que se estima que es el más grande del sector en los últimos años.
Sin embargo, en Colombia la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) emitió una resolución en la cual establece que Terpel solo podrá comprar el negocio de lubricantes de ExxonMobil, por lo que no podrá adquirir los activos de combustibles (las estaciones de servicio de Exxon).
Para que se lleve a cabo la operación en Colombia la SIC impuso unas condiciones que se pueden resumir en tres etapas: la primera es que ExxonMobil debe cambiar su estructura societaria para separar sus negocios de lubricantes de los de combustibles.
La segunda etapa es la que llevaría a ExxonMobil a vender sus activos de combustibles a un comprador transitorio, posiblemente un fondo. En menos de nueve meses esta figura debe vender los activos a un comprador local o extranjero (no puede ser Terpel) que cuente con la experiencia en el negocio de combustibles.
Por último, Terpel compraría los activos remanentes de ExxonMobil en Colombia, es decir el negocio de combustibles.
Esto significa que en menos de un año podría darse la puja por las más de 700 estaciones de servicio (propias y abanderadas) que ExxonMobil Colombia le vendería al comprador transitorio y que luego este pondrá en venta.
Terpel no podrá participar en este negocio, lo que abre la posibilidad a que firmas como Texaco, Biomax, Petrobras se quede con estas operaciones. O puede ser la oportunidad para que llegue una nueva firma extranjera al país.