La empresa estadounidense de semillas y fertilizantes Monsanto perderá su nombre tras adquisición por parte del gigante alemán de productos farmacéuticos y agrícolas Bayer en una operación con la que se creará la mayor compañía agroalimentaria del mundo.
La "megafusión" ascendió finalmente a US$63.000 millones, medio millón de dólares más de lo previsto inicialmente. Bayer anunció a mediados de septiembre de 2016 la adquisición de la empresa de biotecnología Monsanto. No obstante, la compra no se pudo cerrar de forma inmediata porque requería ser aprobada tanto por las autoridades antimonopolio europeas como estadounidenses. En marzo, Bruselas dio su visto bueno a la operación aunque a condición de que se garantice que "habrá una competencia efectiva e innovación en semillas, pesticidas y mercados agrícolas digitales".
La semana pasada, el Departamento de Justicia de Estados Unidos también otorgó luz verde a la operación aunque solo una vez que Bayer accedió a desprenderse de partes de sus negocios por casi US$9.000 millones, entre ellas el negocio propio de semillas, para que la fusión con Monsanto no implique un perjuicio para los competidores y para los usuarios.
La compañía alemana pagaba un alto precio, firmando el mayor acuerdo de compromiso que se ha alcanzado hasta la fecha en Estados Unidos para una adquisición.
La denominada "megafusión" no fue recibida con agrado por los ambientalistas y otras organizaciones de ayuda.
El gigante alemán deberá transferir en dos tramos estos negocios, entre ellos el de semillas de verduras, además de desprenderse del negocio mundial del herbicida glifosato de amonio, y vendérselos a su rival, la también alemana BASF.
La denominada "megafusión" no fue recibida con agrado por los ambientalistas y otras organizaciones de ayuda, debido a las críticas que genera Monsanto por sus productos modificados genéticamente y por el uso del controvertido herbicida glifosato, considerado cancerígeno por algunos estudios.