Los prestadores de servicios telecomunicaciones de alcance local y regional observarán que nuevas metodologías utilizadas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en las licitaciones de frecuencias podrían favorecer sus posibilidades en la obtención de frecuencias de espectro radioeléctrico en el corto plazo, después de que el operador AT&T creó un nuevo referente de precios con las frecuencias que adquirió en 2021 mediante licitación en las bandas de los 800 MHz.

En ese año, el IFT puso a concurso una cartera de distintos bloques de espectro en cuanto tamaño y cobertura, y también pertenecientes a bandas radioeléctricas con diferente naturaleza técnica. Por ejemplo, en los 800 y 850 MHz; en los 1.9 GHz, en 1.7/2.1 GHz y en los 2.5 Gigahercios.

A la llamada Licitación IFT-10 de espectro se presentaron dos participantes: Telcel y AT&T, y éste último concursante compró dos paquetes de frecuencias. Uno de los lotes de espectro le habilitó a AT&T la prestación de servicios en diversos municipios de los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Durango, Sonora, Sinaloa y las Baja Californias. El otro paquete permitió que AT&T reforzara su cobertura celular en la Ciudad de México y en 56 municipios del Estado de México.

Se traba de que AT&T había adquirido frecuencias de espectro ubicadas entre los 814 y 824 MHz y entre los 859 y 869 MHz para mejorar la calidad de sus servicios desde esas bandas, pero que el IFT identificó como los bloques de espectro “A1” y “A9.01”, y que por su tamaño las definió con una valoración de alcance de área básica de servicio o ABS, una dimensión geográfica diferente a criterios que en licitaciones anteriores de espectro medían todo a nivel nacional y en su caso, en regional; pero que aun así resultaban todavía demasiado caros para los operadores locales que querían tener frecuencias propias para llevar conectividad de telefonía e Internet.

En México, el 71% de los habitantes contaban con una conexión a Internet en 2021 y la telefonía celular cerró el 2022 con una penetración del 98%, pero el 2% restante es la población que se ubica en poblaciones de difícil acceso o que son económicamente poco rentables para que los operadores, grandes o pequeños, inviertan en redes y les proporcionen servicios, debido a que la compra de espectro resulta inasequible y sólo los pagos anuales de derechos que también se deben cumplir representan el 92% de todo el dinero que un concesionario paga al Estado mientras posee la concesión de las frecuencias.

Con las ABS, la autoridad sectorial también tomó en cuenta criterios como el tamaño de población de los municipios, su conectividad y su desempeño económico, para posibilitar así una tasación del espectro más apegada a la realidad del mercado que vive la industria de telecomunicaciones a nivel de municipios.

AT&T, operador al que hacía sentido comprar ese tipo de frecuencias para mejorar la calidad de sus servicios en municipios de todos esos estados, ofertó 1,080 millones 852,000 pesos, unos 56.9 millones de dólares del 2021, por los dos paquetes de frecuencias al permitirle cada uno la oportunidad de explotar 20 MHz de frecuencias durante veinte años en servicios como Internet móvil y voz celular con una mayor cobertura.

Al aceptar AT&T los criterios fijados por el IFT en la licitación del 2021 y tras acreditar en la Tesorería de la Federación la contraprestación de 1,080.5 millones de pesos prometidos por sus frecuencias, el operador creó un referente que el Instituto Federal de Telecomunicaciones recién utilizó en diciembre del 2022 junto a otros parámetros para redefinir los criterios económicos que fija para la renovación de títulos de concesión de los operadores que ya cuenten con frecuencias en los 800 MHz y que también utilizará ahora para aquellos operadores locales y regionales de menor músculo financiero que se interesen en comprar bandas radioeléctricas en próximas licitaciones de frecuencias, luego de que la malograda IFT-10 sólo pudo colocar en el mercado tres de 41 paquetes de frecuencias disponibles, debido a la abultada carga tributaria que imponen la Secretaría de Hacienda y la Cámara de Diputados por usar espectro en México.

El Instituto Federal de Telecomunicaciones perfila concursar frecuencias de espectro en 2023 para la primera licitación 5G de México. La canasta de frecuencias que el IFT ofertará al mercado contiene señales de los 600 MHz, de 3.5 GHz y de 1.5 GHz; y el regulador también planea licitar bandas de 1.9 GHz, en 1.7/2.1 GHz, en 800/850 MHz y en 2.5 GHz que podrían concursarse bajo el modelo de área básica de servicio o ABS, para que de este modo un mayor número de interesados se presente a la que sería la Licitación IFT-12, principalmente participantes de escala regional y local.

En la Unidad de Espectro Radioeléctrico del IFT se confía en que utilizar mecanismos de licitación basados en ABS haría que la IFT-12 nazca con estrella y un mayor número de operadores pequeños compren bandas, pues la misma AT&T recién se benefició de ese tipo de criterios al conseguir la renovación de otros títulos de concesión que ya tenía en las bandas de 800 y 850 MHz, y con cobertura en localidades de Nuevo León, Michoacán, Coahuila, Tamaulipas, Hidalgo, el Edomex, Veracruz, Querétaro, la CDMX, Jalisco, Nayarit, Colima y algunas rutas carreteras que conectan a la capital del país con el Golfo y el Pacífico mexicanos.

(Lo que compró AT&T en 2021) sirvió para fijar el valor de las bandas de los 800 y 850 MHz, porque fue el resultado de un proceso de licitación pública, abierta a cualquiera”, dijo Alejandro Navarrete, director de la Unidad de Espectro Radioeléctrico del IFT.

Los criterios económicos para comprar bandas radioeléctricas en México conforme licitaciones anteriores y que la industria califica como “groseros”, proponían que el IFT fijara a AT&T una contraprestación superior a los 800 millones de pesos para retener sus bandas de 800 y de 850 MHz por otros veinte años, y sin contabilizar todavía aquí los pagos anuales de derechos.

Pero al haber establecido AT&T un nuevo referente de precios en el mercado en 2021 con la licitación IFT-10, la autoridad escribió una nueva contraprestación para que la compañía mantuviera sus frecuencias.

“Y la misma metodología que se propuso a la Secretaría de Hacienda para AT&T es la que se propuso también para Telcel. Le estamos dando el mismo tratamiento a todas las empresas”, platicó Alejandro Navarrete.

“AT&T no ganó entonces una banda a nivel nacional; la referencia que se utilizó fue ABS para prorrogar estas frecuencias, porque fue lo que ganó de manera regional AT&T en la CDMX (…) La idea es que participen no solamente las grandes empresas, sino buscar que en las bases de licitación próxima se promueva a empresas grandes y pequeñas, y buscar todas las alternativas que permitan hacer más atractiva la licitación para que se asignen los bloques, pues hay muchos operadores pequeños que manifiestan su intención de tener espectro propio para llevar servicios a poblaciones menores”.