Durante el tercer trimestre de 2008, hice un trabajo respecto a las crisis financieras sistémicas pensando en entender un poco más lo que estaba ocurriendo en aquellos momentos y usarlo como material de divulgación para diversos eventos. Fue una investigación interesante -para mí- y sí resultó oportuna y productiva. Usé información pública del Fondo Monetario Internacional, del Banco de Pagos Internacionales y de instituciones diversas, incluidos bancos centrales y banca privada.

Y ahora que entre otras cosas parece que nos estamos acercando a una condición muy crítica de la banca europea, lo recuperé para releerlo. Me dio gusto ver que no estaba tan perdido entonces y me preocupa que lo que tenemos enfrente en Europa y ahora particularmente en España, repita aquellas situaciones. La crisis financiera sistémica que inició en 2008 era distinta a las que hasta entonces se habían presentado básicamente porque desconocíamos su tamaño (y creo que en sus secuelas que hasta hoy duran, seguimos sin conocerlo), porque era claramente global, tenía involucrada la bursatilización de activos de mala calidad y no solamente era un problema de activos de mala calidad en posesión de la banca. Se carecía de un plan de acción y su desdoblamiento se presentaba con velocidad y agresividad. ¿Le suena conocido?

Aventuré algunos riesgos y consecuencias. Entre los primeros consideré la inmovilidad del sistema financiero global y que ello derivase en un círculo vicioso de “sistema financiero-sector real-sistema financiero”, si no se actuaba a tiempo con la consecuencia de hacer que la disminución del crecimiento se prolongara y se profundizara. Y usted, amigo lector, al igual que yo ha atestiguado lo ocurrido entre finales de 2008 y la actualidad. Lamentablemente mis especulaciones no fueron tan erróneas.

En general no me gusta hacer planes de acción para actuar en la eventualidad de que se presente algo improbable. Pero me parece imprudente no hacerlos cuando la probabilidad de que un problema mayor se produzca, es alta. Y creo que éste es el caso. Por eso lo de leer las instrucciones de la vitrina del equipo de emergencias que sugerí hace un par de días. Suerte.

Hoy la crisis financiera sistémica se trasladó a Europa, aunque al final es una secuela de aquella que se presentó en Estados Unidos. Y si uno de los riesgos que señalé era no actuar a tiempo por parte de las autoridades y los actores de la economía en general, en Europa hoy y desde hace rato se está incurriendo en ello. En Estados Unidos se actuó con bastante rapidez en varias direcciones, lo que no evitó el colapso de muchas instituciones, la pérdida de confianza del público en el sistema financiero, la intervención del gobierno –agravando con ello su situación fiscal, que hoy es una de las grandes preocupaciones en aquel país–, las medidas de la Fed para tratar de reactivar la economía -aún en duda- y desde luego, la pérdida de riqueza y bienestar para la sociedad en su conjunto, que se manifiesta en la caída del crecimiento.

Cuando terminaba el trabajo referido el S&P 500 caía en picada feroz y se acercaba a los mil puntos (finales de septiembre de 2008). Después de las primeras medidas para contener la crisis financiera tuvo una serie de caídas y recuperaciones y terminó deteniendo su baja en 666, en marzo de 2009.

Me parece riesgoso y también increíble que en la Unión Europea ante las evidencias que uno de sus miembros muestra y las experiencias vividas, no se decida alguna acción pronta de apoyo directo a partir de alguno de los fondos que la propia UE ha creado para contener los contagios y evitar una propagación de cualquier tipo de crisis sistémica –y más una financiera– o incluso una acción más decisiva del Banco Central Europeo (BCE), cuando es claro que España, aún con los esfuerzos que hace para evitar un colapso mayor de su economía y de su sistema financiero, está siendo atacada por los mercados y no tiene acceso a ellos en los montos que necesita. Se habla de 40 mil millones de euros.

Cuando usted lea esta Consejería probablemente ya conoceremos lo que el BCE haya decidido hacer a partir de su reunión de política monetaria. Sería sensacional que anunciara alguna medida de apoyo a la banca española en aras de no complicar más aún la vida de la banca europea… y de otras bancas. Pero la verdad creo que es una situación que no se presentará, pues las distancias políticas que hay entre los que tienen que tomar este tipo de decisiones es grande y no parecen tener prisa por acortarla. Mala idea, los mercados hablarán de ello.

En general no me gusta hacer planes de acción para actuar en la eventualidad de que se presente algo improbable. Pero me parece imprudente no hacerlos cuando la probabilidad de que un problema mayor se produzca, es alta. Y creo que éste es el caso. Por eso lo de leer las instrucciones de la vitrina del equipo de emergencias que sugerí hace un par de días. Suerte.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.