Todo iba bien hasta que al final surgieron algunas controversias.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz (SPD), y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no se pusieron de acuerdo sobre los términos en que se referirían a la invasión rusa en Ucrania, por lo que la conferencia de prensa que puso término a la gira de Scholz por Sudamérica fue un poco confusa.
Las discrepancias se suavizaron con un abrazo, pero aun así resonaron en los medios.
Aparte de Ucrania, y hablando desde un punto de vista meramente económico, la delegación germana que visitó Argentina, Chile y Brasil puede sacar cuentas alegres. Scholz pudo abrir algunas puertas, aunque ahora está por verse qué hará con ellas.
Uno de los temas importantes era el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, cuyas negociaciones cumplen ya dos décadas.
Lula dijo que confiaba en que el acuerdo pudiera cerrarse a mediados de este año, unas palabras que sonaron bien para Scholz, que está buscando nuevos socios comerciales ante el escenario geopolítico que enfrenta Europa. Scholz insistió en el tema tanto en Buenos Aires como en Brasilia, y todo indica que fue escuchado. La UE negocia con el Mercosur -una asociación económica compuesta por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay- desde 1999. Se lograron grandes avances en 2019, pero luego los europeos detuvieron la ratificación.
"Lula quiere reducir el desequilibrio"
"El acuerdo entre el Mercosur y la UE fue bloqueado por Francia y Alemania entre 2019 y 2022 debido a las políticas ambientales depredadoras impulsadas por el gobierno de Jair Bolsonaro", dice a DW Roberto Goulart, académico de la Universidad de Brasilia. "Con el cambio de Ejecutivo, Lula puso la política medioambiental entre sus prioridades, y eso fue decisivo para que el canciller alemán y los otros miembros de la UE reanudaran las negociaciones", sostiene el experto.
Ahora ambas partes aceleran el paso, porque la ventana de oportunidad puede volver a cerrarse rápidamente. Lula, sin embargo, anunció que quería renegociar algunos puntos. "El gobierno brasileño piensa que el desequilibrio entre el Mercosur y la UE debe reducirse", estima Goulart. Pronto los europeos sabrán dónde realmente les aprieta el zapato a los brasileños. Sin embargo, en los círculos de negociadores de Brasilia se dice que Lula encuentra demasiado duras algunas regulaciones ambientales.
El canciller de Alemania también visitó Argentina y Chile. En la foto, con el presidente chileno Gabriel Boric.
Precisamente eso es lo que preocupa a la Asociación de Agricultores de Alemania. "La política comercial del gobierno tiende a dar menos prioridad a cuestiones de comercio agrícola en beneficio del comercio de bienes industriales", dice un documento de la asociación al que ha accedido DW. Dicho de otra forma, los agricultores alemanes temen convertirse en moneda de cambio y perder frente a una poderosa agroindustria brasileña sometida a estándares más bajos.
Puertas abiertas en Argentina y Chile
Antes de Brasil, Scholz visitó Argentina y Chile. La principal preocupación allí era el suministro de materias primas para la economía alemana. Ambos países tienen reservas de litio, necesario para la producción de baterías para los automóviles eléctricos. Además, Argentina cuenta también con ricos yacimientos de gas, por lo que podría volverse un interesante proveedor tras el quiebre con Rusia.
En Santiago, en tanto, Chile y Alemania firmaron un acuerdo de cooperación en el sector minero. La ministra de Minería chilena, Marcela Hernando, enfatizó que la cooperación debe centrarse en la sustentabilidad. "Ambos Estados coinciden en que para un mayor desarrollo de esta industria es necesario dar pasos concretos hacia una minería sustentable que respete a las comunidades", expresó.
Esto es compatible con el enfoque alemán de que debe garantizarse un enfoque sustentable desde el comienzo de la producción. Eso ya es un comienzo. Ahora viene la parte en que los dichos se convierten en hechos. El trabajo conjunto debe concretarse en áreas como la exploración, extracción, tratamiento y procesamiento de materias primas en plantas de fundición con altos estándares medioambientales.