De acuerdo a cifras de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), aproximadamente unos 78.000 turistas extranjeros y dos millones de turistas nacionales visitaron las diferentes ciudades del Perú, entre enero y junio de este año. Estas cifras contrastan con los cerca de 16 millones de viajeros que se movilizaron solo entre enero y marzo de 2020, antes del inicio de la pandemia, lo cual da cuenta del gran reto que tiene el sector Turismo para lograr la tan ansiada recuperación.

Si bien el avance del proceso de vacunación se constituía como la luz al final de un largo túnel, el inicio del gobierno de Pedro Castillo encendió nuevamente las alarmas debido a las decisiones que se han tomado a nivel político al contar con un primer gabinete compuesto por profesionales con poca experiencia en materia de gestión pública, aspecto que resulta de suma importancia, pues el contexto en el que nos encontramos requiere de conocimientos sobre el funcionamiento del Estado, así como de las complejidades de la coyuntura, que está marcada por una crisis económica y sanitaria.

Si nos centramos en el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, la designación de Roberto Sánchez como nuevo titular de la cartera genera dudas porque solo registra un paso por la Municipalidad Provincial de Huaral, donde fue gerente de Desarrollo Social, además de ser presidente desde 2017 del partido Juntos por el Perú.

Retos y perspectivas

Lejos de caer en un cargamontón mediático y juzgar a los nuevos ministros sin que hayan empezado a trabajar, es importante advertir cuáles son los retos que tienen las nuevas autoridades y lo difícil del panorama en el corto plazo.

Cuando Claudia Cornejo estaba al frente del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, la proyección que se tenía era de llegar a más de un millón de turistas extranjeros y 22 millones de nacionales este 2021. Sin embargo, las cifras que se tienen hasta el momento hacen muy difícil que se pueda cumplir con este objetivo.  Una de las razones que pueden explicar esto es que de acuerdo al índice de consumo del BCP, el 62% de limeños aún condiciona su consumo por el ruido político. Si bien este estudio no es a nivel nacional y se enfocó en la capital, sí permite advertir que el gasto de las familias peruanas está muy condicionado y ello afecta a actividades recreativas como los viajes.

En cuanto al turismo externo, este 2021 podría ser el peor año de la historia turística de Perú ya que no se llegaría a superar los 320 turistas extranjeros, lo cual representará solo US$ 400 millones, de acuerdo a estimaciones de Canatur. Pese a que el país posee diversos destinos con el sello Safe Travels, entre ellos Machu Picchu, el Valle Sagrado, el Complejo Arqueológico Wari, las Aguas turquesas de Millpu, las paradisiacas playas de Máncora, Cabo Blanco, Vichayito, Los Órganos, entre otros, la Marca Perú y su atractivo como país turístico no fue adecuadamente explotado durante la pandemia para que se posicione como el primer destino a visitar una vez pasara la emergencia sanitaria. Las noticias como la falta de oxígeno en diversas regiones del país, así como las protestas que se realizaron en los últimos meses, tampoco ayudaron a transmitir la imagen de ser un país seguro para visitar.

Con una afluencia de turistas menor a la esperada en las diversas regiones del país, todos los negocios involucrados directa o indirectamente al Turismo se ven afectados por no tener los márgenes de ganancia requeridos para estar por encima de su punto de equilibrio. Si a ello le sumamos las obligaciones financieras que tienen que asumir producto de los créditos otorgados por programas Reactiva Perú o FAE Turismo, tenemos una situación delicada que deberán solucionar las autoridades en el corto plazo.  Aquí es oportuno recordar que a la fecha ya se han perdido más de 125.000 mil restaurantes,  hay 18.000 hoteles cerrados, más de 21.000 guías turísticos sin trabajo, así como 11.000 operadores turísticos parados desde hace 18 meses, según estimaciones de Canatur.

A manera de resumen, las medidas más urgentes que deben adoptarse para salvaguardar los intereses de los miles de negocios que luchan por sobrevivir en el sector Turismo son:

-Tener una política económica que garantice la estabilidad. No se puede pretender incentivar el turismo interno cuando la incertidumbre en las familias peruanas es muy grande. Plantear un cambio de modelo económico, convocar a una Asamblea Constituyente, entre otras propuestas de este tipo, solo generará que se privilegie el ahorro y de desista de realizar viajes recreativos.

-Se necesita trabajar de la mano con el Ministerio de Salud para evitar nuevos rebrotes, pero sin generar nuevas restricciones, especialmente en fechas festivas como Navidad, Año Nuevo, la temporada de verano, Semana Santa o Fiestas Patrias, que permiten un mayor tránsito de turistas.

-Se necesita evaluar la exoneración de impuestos (IGV, IR, ITAN, etc.) a las empresas del sector Turismo por 36 meses si fuera posible, considerando como fecha de inicio de recuperación en 2023.

-Contar con un régimen laboral especial y flexible para que el ingreso y salida de los trabajadores no sea oneroso y se ajuste a la situación actual de los negocios.

-Revisión de los cronogramas de pago de los programas de crédito como Reactiva y el FAE Turismo, con el objetivo de establecer nuevos plazos razonables y acorde a la coyunturaComo puede apreciarse, los desafíos que se tienen son grandes y para ello se necesita que nuestras autoridades estén a la altura de las circunstancias. La demagogia y el populismo no harán reactivar al sector. Lo que se necesita es un trabajo conjunto entre el Estado, el sector privado y la sociedad civil, dentro de un clima de estabilidad. Por el bien del país, esperemos que las próximas decisiones que se tomen sean lo suficientemente responsables y permitan ayudar a la recuperación de este importante sector.