Si malos hábitos quieres cambiar, en campañas sociales disruptivas debes trabajar.

Es insostenible pretender aterrizar un concepto importado sin antes entender aspectos socio culturales propios de la latitud local de implementación; o peor aún, adoptando posiciones sancionadoras, prohibitivas y restrictivas. Si bien en Latinoamérica hablamos el mismo idioma, deberá tenerse en consideración que tenemos distintos lenguajes; mucho más en Perú, cuyo consumidor tiene una carga cultural y patrones de comportamiento muy singulares, propios de una nación pluricultural.

Casos de éxito reales ya existen. Para ejemplo, uno de ellos: #Mellegaalhuevo, la campaña por redes sociales que buscaba concientizar de manera divertida a los hombres sobre la importancia de realizar chequeos preventivos antes de ser atacados por algún tipo de cáncer testicular.

Dicho lo anterior, se hace necesario empezar a trabajar utilizando técnicas de marketing social tropicalizadas, a través de campañas lúdicas e inclusivas con alto contenido social, que tengan como objeto crear conciencia en algún plano de interés. Recordemos que las emociones y sentimientos hacen lo suyo cuando de interacción con una marca y producto se trata.

El marketing social se enfoca en el desarrollo de funciones humanas que tengan como objetivo contribuir a generar un mejor estado de bienestar para nuestra sociedad. Las plataformas de difusión de estas campañas no necesariamente involucran importantes presupuestos, puesto que el grueso de estas son promovidas vía redes sociales, enfocándose en su viralización y cobertura.

Casos de éxito reales ya existen. Para ejemplo, uno de ellos: #Mellegaalhuevo, la campaña por redes sociales que buscaba concientizar de manera divertida a los hombres sobre la importancia de realizar chequeos preventivos antes de ser atacados por algún tipo de cáncer testicular.

Finalmente, no podemos olvidar que tanto el Estado y la industria están siendo observados cada vez y con mayor análisis crítico por un consumidor íntegro y conspicuo, que si bien reconocerá gestos y hechos que tengan como objeto causas sociales, no dudará en sancionar a través de sus decisiones a quienes se muestren excluyentes, insensibles, o peor aún, cuando perciban que les pretenden mostrar un interés responsable disfrazado, cuyo objetivo es otro.