Es la primera vez que la vida nos ha dado un giro de 180 grados a todos, de un tirón. Sin previo aviso, se ha llevado los planes sobre nuestro futuro. Y es ese mismo espacio vacío, el que ahora nos desvela: ¿cómo será mañana? Sin embargo, muchas de esas respuestas están creciendo dentro de ti. 

Piensa en todas las cosas que has incorporado en las últimas semanas a tu vida. La lista es larga. Ensayemos algunas: trabajar desde casa, ayudar a tus niños con sus tareas escolares, higienizarte con mayor frecuencia tus manos, pulverizar con alcohol todo objeto que ingrese en tu hogar, calzarte un barbijo, participar en videoconferencias, dedicar una hora a ejercitar tu cuerpo siguiendo una clase virtual, usar un atuendo público de la cintura para arriba, andar en calcetines por la casa, tomar una copa de vino con la cena, amanecer leyendo el diario en tu celular, hacer las compras por Internet y quizás hasta almorzar en familia. Como sea, todos estamos incorporando nuevos comportamientos a nuestra vida y a medida que los días pasan vamos comenzando a acostumbrarnos a esta nueva normalidad. 

Pero con el pasar de los días, lo anormal se va volviendo normal y así comienza a ser parte de tu cotidianidad. ¿Cómo seguirá tu vida? Luego de 66 días, la respuesta ya vive dentro tuyo en forma de nuevos hábitos puesto que ese es el tiempo que necesitamos las personas para que una conducta repetitiva se convierta en un hábito. 

Es lógico que estemos atravesando una crisis personal colectiva. Ahora mismo, todos nos encontramos adquiriendo numerosas conductas de forma forzada y por eso mismo, cada día puede resultarte una batalla contra ti mismo. 

Nos hemos vistos obligados a transformarnos. Pero cada día que pasa y que tú repites un nuevo comportamiento, lo que haces verdaderamente es moldear tu nueva vida. ¡Y una vez que algo se te hace un hábito, sacarlo de ti será tan difícil que te dará flojera!

Claro que no estoy insinuando que perderás el deseo de volver a abrazar a los seres queridos que echas de menos. Pero de seguro lavarte las manos con frecuencia, es algo que hoy ya haces casi sin notarlo. Por eso, todos estamos frente a una gran oportunidad de cambio de nuestra propia vida.

Te propongo que escribas esos comportamientos en dos columnas: los que te hacen bien y los que no. Y por unos días, evites los que resulten tóxicos y puedas eliminar. Hay diferentes tipos de hábitos, algunos de ellos son: físicos, afectivos, sociales, intelectuales, mentales, de higiene, saludables y recreativos.

Nadie nace con hábitos, los vamos adquiriendo y ellos son los que definen, finalmente, quiénes somos. Nuestra conducta define nuestros valores y forja nuestra identidad. Somos eso que hacemos. Pero así como nos hemos visto forzados a renunciar a los besos y abrazos de muchas personas que extrañamos, eso nos demuestra la fortaleza interna que tenemos para adaptarnos al cambio y aprovechar estas circunstancias para forzarnos a sacar la mejor versión que podamos de nosotros mismos.

Parte de tu futuro dependerá de cuán consciente hoy seas de que estás viviendo una gran oportunidad para mejorar tu vida.