Hace año y medio, el profesor de economía de la Universidad de Cornell Kaushik Basu -que se encontraba de licencia como Economista Jefe del Ministerio de Finanzas de la India- propuso la legalización de algunas formas de soborno.

Veamos:

"Hay muchas formas de soborno, lo que me preocupa en este artículo son los sobornos que las personas muchas veces deben ofrecer para conseguir aquello a  lo que legalmente tienen derecho. Los llamaré sobornos de acoso.

El principal mensaje de este artículo es que deberíamos declarar que el acto de ofrecer un  soborno es esos casos es una actividad legítima.

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El principal argumento es que esta reforma legal llevará a una caída dramática en la tasa de sobornos".

¿Pero, funciona?

Sí, nos dice Basu, sobre la base de un modelo simple de teoría de juegos. Pero requerimos evidencia.

"Lo que propongo es que una vez se ha dado un soborno y quien ofrece el soborno ha conseguido lo que fuese a buscar al dar el dinero, los intereses del oferente y del demandante del soborno se conviertan en ortogonales entre ellos. Si los agarran, el oferente puede irse libre de toda culpa y recuperar su dinero. El que recibe, por otro lado, pierde el botín y otea un castigo severo.

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Lo que se arguye es que […] cuando se comete un soborno de acoso, ambas partes saben que el oferente tiene inmunidad y que el recipiente no sólo tendrá una multa más pesada sino que tendrá que devolver el soborno.

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Pero en la medida que se crea desconfianza entre oferente y sobornado en la situación después del soborno, esa zona de confort en la que sucede el soborno en el mundo de hoy dejará de existir y lo bueno es que se producirá una reducción en la incidencia del soborno".

Esta idea tan sexy ha llamado mucho la atención y le generó al Dr. Basu un elogioso artículo en The Economist, y un programa en CNN.

El Dr. Basu fue un estudiante de Amartya Sen, quien incluyó las garantías de transparencia como una de sus cinco libertades en su libro “Desarrollo y Libertad”, que está basado en una serie de cinco conferencia que dictó en el Banco Mundial.

Así que ahora que el Dr. Basu ha sido designado como economista en jefe del Banco Interamericanao de Desarrollo, quizás ya es hora de verificar si esta idea punzante puede ser tan efectiva contra la corrupción, como la realización de auditorías aleatorias o campañas públicas de información.

Lea el artículo.

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog Desarrollo con impacto. Efectivo, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).