Al fin se logró un consenso total en el Consejo de Seguridad de la ONU para definir un mapa de ruta con objeto de pacificar a Siria. Ya en octubre y noviembre pasados se habían celebrado en Viena dos reuniones en las que una veintena de naciones discutieron el tema y presentaron propuestas que sentaron las bases para lo acordado en Nueva York hace dos días. La resolución aprobada por el Consejo de Seguridad establece su apoyo y monitoreo a un cese de fuego entre el gobierno de Al-Assad y las fuerzas rebeldes, paralelamente al inicio de negociaciones entre ellos en enero próximo con el propósito de armar, a lo largo de seis meses, un gobierno de transición. Un año y medio después se celebrarían elecciones libres bajo supervisión de la ONU.

No es común un consenso tan absoluto en el Consejo de Seguridad, y menos lo ha sido durante los cuatro años pasados tratándose del caso sirio. Lo que ha ocurrido en los últimos tiempos es que esta cruenta guerra ha tocado fondo en tantos aspectos y se ha vuelto tan virulenta y expansiva en sus consecuencias que ha conseguido unificar a numerosos liderazgos nacionales con intereses y visiones contrapuestas, en aras de apagar un foco de violencia cuyos daños centrales y colaterales se están extendiendo amenazadoramente mucho más allá de las fronteras sirias. Trescientos mil muertos, destrucción de cientos de ciudades, millones de refugiados llegando a Europa y a cualquier lugar que les brinde asilo, crisis humanitaria interna y aparición de un macabro ejército de fanáticos yihadistas (el EI o Estado Islámico), que ha conseguido controlar mediante acciones terroríficas parte importante del país y ha generado células dispersas que actúan con la misma brutalidad en otras regiones, son algunas de las derivaciones de este conflicto que originalmente se inició con el propósito de derrocar al régimen de Al-Assad.

La necesidad de conseguir consenso forzó a los miembros del Consejo de Seguridad a eliminar, suavizar o dejar en la ambigüedad los puntos que podían haber saboteado el acuerdo.

La necesidad de conseguir consenso forzó a los miembros del Consejo de Seguridad a eliminar, suavizar o dejar en la ambigüedad los puntos que podían haber saboteado el acuerdo. Por ejemplo, nada se estableció acerca del papel que el presidente Al-Assad jugará en la negociación. Tan sólo se estableció que ésta se daría entre representantes del régimen y la oposición. En cuanto al cese de fuego se estableció que éste “no aplicará a acciones ofensivas o defensivas contra grupos considerados terroristas”. Eso quiere decir que continuarán los bombardeos aéreos de Rusia, Francia y la coalición encabezada por Estados Unidos, siempre y cuando se ajusten a ese criterio: que sus objetivos sean “grupos terroristas”.

Y es en este punto donde las cosas se complican. Porque si bien hay opinión unánime de que el EI es una entidad terrorista, no opera lo mismo para las diversas fuerzas de oposición a Al-Assad. Rusia, por ejemplo, ha estado atacando a algunas de ellas bajo el criterio de que “son terroristas”, mientras que Estados Unidos y sus aliados las consideran fuerzas legítimas de oposición al régimen de Damasco. Por tanto, está en discusión cuáles de ellas representarán a la parte que negociará con el gobierno de Al-Assad. En la definición de ese criterio están participando una veintena de países y no sólo los miembros del Consejo de Seguridad. El ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Nasser Judeh, afirmó haber recibido listas de diversas naciones con los nombres de las agrupaciones que califican como terroristas, agregando que las listas contienen tal cantidad de nombres que será necesario filtrar esas posturas para obtener un listado final que dé luz verde a aquellas que en efecto podrán sentarse a negociar. Esto quiere decir que si bien es positivo que como primer paso se haya aprobado la resolución de anteayer en el Consejo de Seguridad, lo que resta por recorrer es a tal grado complicado que la solución al sangriento conflicto que se vive en Siria se vislumbra aún muy lejana.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com