Son los nuevos protagonistas de la "era post-PC". Generan enormes expectativas en todos los gigantes tecnológicos aunque aún no se sabe, a ciencia cierta, qué recepción tendrán en el público masivo. Me refiero a los "wearables", los dispositivos que, como las gafas de Google o los relojes inteligentes de distintas compañías, anticipan una nueva forma de vivir conectados, gracias a un abanico de nuevas herramientas entre las que se destacan el reconocimiento de voz y la sincronización con otros gadgets.

En este naciente mercado, Samsung quiere mantener el mismo protagonismo que tiene en materia de smartphones y tabletas, y de momento, pareciera que lo está logrando. La presentación del Galaxy Gear en la IFA de Berlín ha sido el puntapié inicial en esta implícita carrera por los relojes inteligentes. Se dice que el iWatch de Apple no estaría listo antes de 2014 y que la empresa fundada por Steve Jobs trabaja intensamente para lograr un diseño verdaderamente convincente. Mientras tanto, el telón de fondo en la rivalidad comercial de ambos gigantes siguen siendo las batallas judiciales por patentes, un conflicto sobre los diseños de teléfonos y tabletas que comenzó en 2011.

La presentación del reloj inteligente de Samsung reavivó la competencia en el mercado de los llamados “wearables”. Pero en la carrera por el liderazgo en el diseño de dispositivos innovadores, llegar primero muchas veces significa llegar mejor.

Es difícil pronosticar la suerte que tendrá el Samsung Galaxy Gear en un mercado que, según estimaciones, alcanzaría hasta 36 millones de unidades vendidas en 2018. Aunque sus características y funcionalidades (comando de voz, sincronización con otros dispositivos, buena resolución de pantalla, conexión 4G) resultan atractivas, no está claro cuántos consumidores desembolsarán dinero para adquirir un dispositivo que, de momento, sólo es útil como complemento de un smartphone… y de Samsung.

Dudas y certezas. Mientras para sus promotores el Galaxy Gear "cierra la brecha existente entre el dispositivo móvil y los mundos de la moda al crear verdadera tecnología wearable", otras compañías siguen avanzando en el diseño de relojes similares pero más sofisticados. Un ejemplo de ello es la estadounidense Qualcomm, que se apresta a lanzar “Toq”, un smartwatch que tendría una pantalla táctil capaz de ser vista con precisión a plena luz de sol.

Más allá de esto, el mérito de los surcoreanos es indiscutible. El lanzamiento del Galaxy Gear equivale a una potente irrupción en este joven mercado.