Arranca una semana crucial en la campaña presidencial de Estados Unidos. Vienen dos debates en estos ocho días. Mañana se verán cara a cara Obama y Romney en la Universidad de Hofstra, Long Island; el lunes próximo será el tercer y último debate en Boca Ratón, Florida.

La tendencia permanece igual que acabando el primer debate: Romney al alza; Obama a la baja.

En una elección que ya estaba cerrada, esta tendencia es preocupante para el intento de reelegirse del presidente. El debate entre los vicepresidentes ayudó poco, pues fue un empate.

Más allá de lo que no hizo Obama en el debate, en los días que le han seguido Romney ha ido mesurando sus posturas en otros temas, como el aborto, en donde ha dicho que a la fecha no simpatiza con ninguna regulación existente sobre aborto.

El tema ha sido que Romney ha dejado de lado las locuras de la extrema derecha de su partido. Se ha movido al centro. Es ahí en donde se ganan las elecciones y justamente ese fue el problema con el mal desempeño de Obama en el debate de Denver. Dejó que Romney llegara al centro sin cuestionarle ese repentino cambio.

Obama no dijo nada sobre el video en el que Romney desdeñó a 47% de los estadunidenses como unos simples dependientes de papá gobierno. Romney pudo hablarle a la clase media como si nada durante ese debate que batió récords de audiencia.

El presidente tampoco interceptó a Romney para cuestionarle no sólo lo poco que paga impuestos sino su renuencia por dar a conocer su récord personal en ese apartado.

Más allá de lo que no hizo Obama en el debate, en los días que le han seguido Romney ha ido mesurando sus posturas en otros temas, como el aborto, en donde ha dicho que a la fecha no simpatiza con ninguna regulación existente sobre aborto.

Esta declaración, un tanto ambigua, lo aleja del Romney que había dicho que el fallo Roe vs. Wade de la Suprema Corte, que favorece a los “pro-choice” sobre los “pro-life”, representa la etapa más oscura de la Corte estadunidense y que por ello debía revertirse.

Ahí estará un primer reto para Obama en el debate del día de mañana. Recordarle a Romney, pero sobre todo a los estadunidenses, cuáles han sido sus posturas sobre economía, sobre aborto, sobre empleos, sobre casi la mitad de los ciudadanos a los estadunidenses que vean los dos debates que faltan.

El siguiente reto será mantenerse despierto, alerta y aparentar que tiene ganas y energía de estar debatiendo con quien hoy le pisa los talones en las encuestas de los estados columpio y que lo ha empatado -rebasado en algunos casos- en las encuestas nacionales.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.