El miércoles 16 de diciembre se conoció una noticia de alto impacto en los mercados financieros. Por primera vez desde el año 2006, la Reserva Federal de los Estados Unidos incrementó la tasa de interés de referencia. A continuación, analizamos algunos puntos centrales a tener en cuenta sobre el nuevo escenario que implica el cambio de política monetaria en los Estados Unidos.
En primer lugar, resulta interesante observar la reacción de los mercados luego del anuncio, ya que esto dice mucho al respecto del escenario de expectativas y el efecto la decisión de aumento de tasas. Los principales índices accionarios se movieron al alza, la mayoría de los índices estadounidenses cerraron con ganancias de entre 1% y 1,5% durante el martes.
En definitiva, la reciente subida de las tasas de interés tiene un valor importante desde lo simbólico, ya que podría estar señalando un cambio de época luego de un largo período de políticas monetarias extraordinariamente acomodaticias. Sin embargo, desde el punto de vista fundamental, el impacto sobre la economía y los precios de los activos financieros parece ser bastante discreto.
Por su parte, los precios de los bonos tuvieron caídas bastante moderadas, reflejando los aumentos de tasas de interés. La tasa del bono del Tesoro de los Estados Unidos a diez años de vencimiento aumentó 1,4%, cerrando la jornada del martes en niveles 2,3% anual.
En cuanto a commodities, en general se observó una reacción mixta, con caídas en los precios de granos y de energía, mientras que los precios de metales preciosos como el oro y la plata se mantuvieron al alza.
A los mercados en general no les gustan las sorpresas, por lo tanto, la reacción positiva de los precios de las acciones indica que tanto la decisión de subir las tasas de interés como los comentarios posteriores de las autoridades de la Reserva Federal estuvieron acordes con las expectativas previas.
Es importante tener en cuenta que los mercados de futuros estaban asignando una probabilidad de más de 80% para el aumento de tasas en esta reunión, lo cual indica que la decisión estaba bastante incorporada en los precios de muchos activos.
La suba de precios en los metales preciosos resulta bastante elocuente en este sentido. En general, un aumento de tasas de interés implica una apreciación del dólar frente a otras monedas del mundo, ya que tasas más altas en los Estados Unidos atraen capitales a ese país en busca de mayores rendimientos, esto significa que los inversores internacionales compran dólares y venden otras divisas para posicionarse en activos de renta fija en los EE.UU.
Generalmente, cuando suben las tasas y el dólar, es habitual que caigan los precios de los metales, ya que se necesitan menos dólares para comprar una onza de oro o de plata. Sin embargo, ambos metales preciosos cerraron al alza luego de conocerse la última decisión de la Reserva Federal.
En definitiva, una primera conclusión clara es que el mercado anticipaba en buena medida la suba de tasas. Esto surge tanto de observar la cotización de los mercados de futuros de tasas de interés como de la reacción de precios en acciones, bonos y commodities luego del anuncio de la decisión.
Los comentarios de los funcionarios también fueron bastante moderados e indefinidos en lo que respecta a la posible evolución futura de las tasas de referencia, por lo cual tampoco hubo grandes sorpresas en este sentido.
En cuanto al impacto económico de la decisión, es importante recordar que las tasas se encontraban en niveles de 0%, y subieron al rango de 0,25-0,5%. En comparación, durante los ciclos anteriores de subas de tasas era bastante habitual observarlas en niveles cercanos al 5% anual.
Aquí podemos realizar dos lecturas directas. En primer lugar, las tasas de interés se encuentran todavía en niveles históricamente bajos, lo cual parece indicar que no existen motivos para pensar que el alza actual de las tasas de interés vaya a tener un efecto demasiado negativo sobre los niveles de actividad económica.
La recuperación económica de los Estados Unidos luego de la crisis de 2008-2009 ha sido más lenta que lo deseable, aunque algunos indicadores clave como los niveles de empleo mantienen una performance bastante robusta en los últimos trimestres. En este contexto, no parece probable que un alza tan moderada de las tasas pueda empujar a la economía estadounidense a una desaceleración preocupante del crecimiento.
Por otro lado, si las tasas se mantienen en niveles que son relativamente bajos desde la perspectiva histórica, esto también indica que existe un potencial recorrido alcista de amplio alcance. Es decir, si las tasas fueran a subir a niveles promedio de los últimos ciclos económicos, apenas estamos viendo un tímido comienzo.
Por supuesto, no existen garantías de que las tasas vayan a volver a los niveles históricos en el mediano plazo. En los últimos años los niveles de inflación en los EE.UU. se han mantenido notablemente bajos, lo cual reduce la presión para que las autoridades incrementen las tasas con el objetivo de contener los aumentos de precios de los productos.
En definitiva, la reciente subida de las tasas de interés tiene un valor importante desde lo simbólico, ya que podría estar señalando un cambio de época luego de un largo período de políticas monetarias extraordinariamente acomodaticias. Sin embargo, desde el punto de vista fundamental, el impacto sobre la economía y los precios de los activos financieros parece ser bastante discreto.
*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.com.