Perú está en cuidados intensivos. Y no es algo sorpresivo, se trata de un paciente que por años recibe tratamientos superficiales para males profundos.

Su situación es el resultado de decisiones, acciones e inacciones de todos los que lo conformamos: sociedad civil, empresariado, gobierno, prensa, academia, etc. Nadie, en lo absoluto, puede exculparse de lo que hemos construido: un país con muchos destellos de grandeza, algunos años de crecimiento y muy poco progreso sistémico manifestado en injusticia, hambre e inseguridad.

Para analizar la situación es importante separar los síntomas de la enfermedad y por último llegar al virus, la causa raíz.

1) Síntomas: evidencias que generan dolor y manifiestan que algo no funciona

La pobreza extrema, corrupción, delincuencia, la baja calidad de la educación y salud, la falta de igualdad ante la ley, la falta de institucionalidad, partidos políticos como negocio, el populismo, universidades bamba, mafias de transportistas, pistas rotas, falta de pasaportes y un largo etc.

Es importante atacarlos, mitigarlos, pero todo el esfuerzo es de impacto coyuntural y no genera soluciones de largo plazo.

2) Enfermedades: Originan los síntomas

Disfunciones culturales, brechas en competencias sociales claves, comportamiento común aprendido que nos define como sociedad. Comparto cuatro que desde mi mirada son algunas de las más críticas:

●Nuestra incapacidad de debatir con altura y generar mejores soluciones que nos impulsen como sistema (una incapacidad demostrada todos los días por el Congreso, lamentablemente). Nos regimos por un fanatismo que polariza y se vuelve caldo de cultivo para las mentiras y el populismo. Renunciamos a la posibilidad de aprender del otro. El otro no es una oportunidad de ver el mundo de manera más completa sino que debe ser eliminado porque sus ideas son distintas a las mías.

●Nuestra falta de transparencia en todos los ámbitos podría dar decenas de ejemplos, desde nuestra famosa "criollada" hasta los sistemáticos plagios de tesis. Pero quiero enfocarme en todo lo que abarca el cómo se gestionan nuestros impuestos. Dinamarca logró ser uno de los países con menos corrupción del mundo implementando políticas de transparencia que en Perú incomodarían a muchas personas. Un síntoma de esta enfermedad: La falta de transparencia en procesos de licitación habilitan una gran fiebre de la que sufrimos a niveles altísimos llamada corrupción que llega a costarnos entre el 4% a 5% del PBI.

●La miopía y hermetismo de los líderes empresariales respecto a su responsabilidad, antes que nada, como ciudadanos. Es urgente tomar consciencia que pronunciarse sobre los problemas sociales del país y hacer activismo es uno de los actos más estratégicos desde el punto de vista de la sostenibilidad de sus negocios.

●La generalización de las personas según su poder adquisitivo. El rico es indigno, explotador y corrupto y el pobre es noble, íntegro y digno. En lugar de aplaudir el progreso del otro, juzgamos y vemos a toda persona que ha logrado éxito económico como alguien que explota o se enriquece a costa de otros metiendo a todos en el mismo saco de corrupción y privilegios. Eso lamentablemente evita que celebremos el éxito de muchas personas que lo merecen y al mismo tiempo hace que las personas con riqueza no hablen y se oculten ante la opinión pública. Lo mismo funciona hacia el otro lado, el “pueblo”, es noble, íntegro y lleno de ética. El problema está en la narrativa tóxica que generaliza y polariza, escondiendo al verdadero enemigo: El corrupto, que está en todos los niveles.

3) El virus - La causa raíz que deriva en las enfermedades


La indiferencia y permisividad de la sociedad civil.

En el libro “¿Por qué fracasan las naciones?” de Daron Acemoglu y James Robinson se explica luego de un análisis de decenas de países de distintos niveles de desarrollo que una de las principales causas raíz por las que un país no progresa es la permisividad e indiferencia de su sociedad civil. Una sociedad sin activismo, que no exige excelencia a su gobierno no genera cambios reales. Cambios que no vendrán de las élites ni del gobierno.

¿Qué tan crítico es en este momento que la sociedad civil de Perú se una y exija cambios con una visión y agenda compartida?

Increíblemente crítico, estamos en un momento sin precedentes en Perú, existen varios síntomas que nunca antes habíamos visto, el deterioro y desconfianza tanto del ejecutivo como del legislativo a niveles muy preocupantes. Un Congreso que de forma descarada diseña leyes con nombre propio cuidando a mafias que solo hacen daño al país cubriendo a universidades bamba y transportistas informales (esto no es nuevo) sin que hagamos nada al respecto (esto si es nuevo versus años anteriores), sumado a esto contamos con uno de los ejecutivos más incapaces de nuestra historia que ha manifestado de forma abierta su inexperiencia para liderar un país.

Lo distinto y más preocupante versus años anteriores es nuestra inacción cada vez más permisiva e indiferente. No podemos seguir así, con una vacía esperanza que las cosas mejorarán por arte de magia. Sabemos incluso que existen realidades cercanas en la región que nos demuestran que se puede estar aún peor ¿Queremos llegar a eso? ¿Cómo salir de este triste círculo vicioso? Donde todos sabemos que la solución no está en el #Quesevayantodos.

Pero, ¿Cómo activar a una sociedad civil que no se entromete en la cuestión social?

La respuesta: a través del liderazgo, no conocemos otra manera. Se necesitan líderes con propósito que movilicen y evoquen el compromiso interno de las personas canalizando la indignación y energía de la sociedad hacia cambios reales. Líderes en distintos ámbitos que alcen su voz y exijan que todos hagamos nuestro trabajo cumpliendo con nuestros compromisos.

La única forma de virar la dirección de este país hacia un futuro de progreso es a través de un nuevo liderazgo con propósito, que movilice, de el ejemplo e integre a la sociedad civil con una agenda clara que genere cambios reales y estructurales.

Contamos con una innumerable cantidad de jóvenes egresados, ejecutivos, trabajadores con alta capacidad, que entrando o no entrando en política pueden ser agentes transformadores.

El movimiento capitalismo consciente en el Perú intenta concentrar a líderes de esta naturaleza con foco en elevar el nivel de consciencia de los líderes empresariales y que cada vez seamos más los que queremos mayor progreso y riqueza para este país, para nuestra familias pero no a costa de pasar por encima de otros ni tener privilegios que solo dañan el tejido social.

Súmate al movimiento y sigamos trabajando por llevar al Perú a un siguiente nivel como país: https://capitalismoconsciente.pe/