En algunos de mis artículos he pretendido esbozar el significado del emprendimiento en el Perú y por cierto, en como este tipo de iniciativas, generalmente asociadas a servicios, han logrado hacerse escuchar cada vez con más fuerza y esfuerzo.
Los servicios han logrado constituirse como uno de los principales aportantes a la economía de un país, ello como consecuencia de la demanda de valor agregado en la industria de manufacturas, construcción, (servicios de ingeniería y arquitectura), minería, (servicios de geología, topografía), industria del software, tecnologías de la información y comunicaciones, diseño de aplicaciones móviles, servicios de turismo, animación, salud, gastronomía, entre otros.
Según la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo - PROMPERÚ, durante los últimos 10 años la exportación de servicios ha tenido un crecimiento de 2,6 veces, representando el 13% del total de las exportaciones con US$3,9 mil millones en el 2012. Las ventas externas de mayor importancia en este sector son las de transporte, comunicaciones, seguros y reaseguros, y servicios turísticos, siendo esta última la de mayor dinamismo.
Pero más allá de la reflexión que nos permiten estos generosos espacios, me he permitido en esta ocasión hacer un llamado a los docentes de instituciones de educación superior, de los cursos de comercio exterior, marketing industrial e internacional, creación de negocios y afines; a que llegó el momento de ser menos teóricos y más pragmáticos incentivando así, el desarrollo de proyectos de servicios con potencial exportador.
Las ventas externas de mayor importancia en este sector son las de transporte, comunicaciones, seguros y reaseguros, y servicios turísticos, siendo esta última la de mayor dinamismo.
¿Proyectos de exportación de servicios?.- Si!, porque enseñarán, (obligarán en buen sentido), a que sus alumnos piensen un poco más, (dicho sea de paso, nunca está demás hacerlo), generen ideas con cierto grado de innovación, como por ejemplo, planes de marketing, cuya finalidad sea la internacionalización y/o posicionamiento de un servicio, o, la integración de un grupo de ellos en un tercer mercado. Cito como ejemplo, aquel innovador proyecto, (a cargo de cuatro alumnos de noveno y décimo ciclo), con alto potencial de factibilidad, que apunta a desarrollar una oferta de servicios de exportación no tradicional, pues recoge un trinomio con alta demanda, (gastronomía, salud y turismo), en un mercado que reconoce la referida oferta integrada.
¿Cómo?.- Primero: Confiando en nuestros alumnos, demostrándoles que no es difícil ejecutar una iniciativa como la expuesta; segundo: Apostando de manera concreta por ellos, ideal si existiera algún fondo de financiamiento tipo “capital semilla”, el cual entregará el respaldo financiero necesario para poder concretar la iniciativa previamente validada; tercero y no por eso menos importante, comprándonos nosotros la idea, (proyecto), en donde no solamente basta el apoyo entregado durante el dictado del curso; por el contrario, será altamente valorado el soporte entregado después “de”; ese apoyo desinteresado que sólo es motivado por el esfuerzo y compromiso mostrado por el grupo de alumnos que se “compró” el proyecto y pone en evidencia las ganas de concretarlo.
Así las cosas, ha llegado el momento de cambiar el switch y empezar a promover el desarrollo de iniciativas vinculadas a la industria de servicios, la creación y posicionamiento de marcas sectoriales, emprendimientos tecnológicos con alto impacto social, y por cierto, en la medida de la evolución de éstas, pensar en su potencial internacionalización; a propósito, no está demás voltear y mirar la exitosa incursión de los servicios gastronómicos del Perú en terceros mercados, y ¡cuidado!, que no solamente estoy hablando de grandes restaurantes; cuando visite Santiago de Chile, le sugiero se de una vuelta por el centro de esa capital, y se topará con más de un menú que ofrece en su carta, un suculento “Arroz con Pollo, acompañado de su Papa a la Huancaína”.