¿Sabían que el "chanchito" de jardín, ese animalito gris con el que jugábamos de niños haciéndole caminitos de tierra u organizando carreras es un crustáceo (como las langostas) y no un insecto? ¿Y que producen úrea, estupendo fertilizante?.
Confieso que lo acabo de aprender, y no por internet. Nos lo explicó un maestro del Callao, finalista del concurso El Maestro que Deja Huella. Y aprendí también que hay escuelas rurales cuyo presupuesto es de 800 soles (US$284) al año; y que, a pesar de ello, los niños acuden felices a aprender; y que usan las computadoras Xo aunque los maestros tengan que apurarse y organizarse para aprender al mismo tiempo que ellos y que, para poder hacerlo, pagan a un reemplazo de su propio bolsillo.
Ahora sé que el quintal de tara está en 105 soles (US$37,3), pero que puede subir a 185 (US$65,7), y que con eso se financia una escuela en Cajamarca gracias al liderazgo de uno de sus maestros, profesor de teología. Y que los árboles que han sembrado también los protegen del viento y que los niños traen agua desde el riachuelo a varios kilómetros para regarlos en época de seca.
Sé que, aunque no hay programas alimentarios para secundaria, un colegio en Ayacucho da pan con palta y duraznos a 62 estudiantes que han aprendido que se puede cultivar frutales y, así, alimentarse y combatir la erosión del suelo.
En una escuela rural de Apurímac, un profesor de 26 años decidió ‘sacar a los chicos del salón’ para que les gustaran las matemáticas. Y los llevó a contar escalones en los restos arqueológicos y a medir y calcular áreas y perímetros. Y deja jugar a los alumnos en clase, con un software para aprender matemáticas que él mismo ha creado y que ha elevado en dos puntos el promedio de sus estudiantes.
En una escuela rural de Apurímac, un profesor de 26 años decidió ‘sacar a los chicos del salón’ para que les gustaran las matemáticas. Y los llevó a contar escalones en los restos arqueológicos y a medir y calcular áreas y perímetros.
Una maestra en Madre de Dios, donde los niños son víctimas de la minería ilegal y la violencia, ha montado un programa de radio en el que, sin necesidad de intermediarios, los propios niños exponen sus problemas, conscientes de que tienen derecho a ser escuchados.
Desde hace siete años, el Interbank organiza un concurso llamado ElMaestro que deja Huella.Gracias a ello hemos podido conocer maestros que no paran hasta que logran reconstruir la escuela arrasada por el río; hasta conseguir las 16 primeras computadoras que habrán de compartir 600 alumnos en una zona marginal de Puno; que trabajan sin pausa hasta contar con infraestructura, personal idóneo y equipos de primera calidad, en un centro para niños con habilidades especiales que se insertarán en el mercado laboral.
Hay profesoras que consiguen montar un albergue y escuela para atender a cientos de niños huérfanos en el Vraem ymaestros que, teniendo otras oportunidades, prefieren quedarse en un poblado en Tumbes, sabiendo que allí los necesitan más que en cualquier otro lugar.
En medio de la pasión con la que estos maestros presentan sus proyectos y sus logros hay una nota amarga, común a todos: la falta de apoyo de las autoridades, la indiferencia e incluso el boicot. Sonríen con tristeza cuando se les pregunta por las ugeles o el ministerio de Educación. Es que la mayor parte de estos proyectos no se hace con los representantes del gobierno, sino a pesar de ellos. Y cada proyecto que se logra sacar adelante representa una victoria contra el sistema.
En el Perú, el tema educativo adquiere protagonismo cuando hay de por medio huelgas del Sutep, los malos resultados en las pruebas PISA, los cobros ilegales, o los abusos de algunos profesores o directores. Son muy pocas las ocasiones en que el sector protagoniza una buena noticia. A este concurso llegaron 25 finalistas de todas las regiones del país y se recibieron originalmente más de cuatro mil postulaciones. ¿Cuántas páginas le dedicará la prensa?.
Ahora que están de moda las alianzas público-privadas (APP), la cogestión y demás, ¿por qué no se considera que estos 25 finalistas, que ya pasaron por un estricto proceso de evaluación, que ya demostraron que son líderes y que se entregan con total dedicación a su labor docente, merecen un reconocimiento formal por parte del Estado en su carrera?.
Las APP no son solo para asfaltado.