¿Por qué la ‘caja rápida’ del supermercado es cada vez más extensa? ¿Por qué observamos una menor cantidad de carritos llenos de productos andando por las góndolas? Podrían surgir muchas más preguntas después de dar un vistazo por cualquier supermercado local, pero esta realidad también nos obliga a preguntarnos si este fenómeno es problema del retail, del marketing o solo una tendencia de consumo. Sin duda se trata de una cuestión de fondo que se debe abordar desde varios aspectos. 

Por un lado, en la última década, el producto interior bruto se ha triplicado, y superado los US$176.000 millones en 2011 y alcanzado un crecimiento de 5,9% el último trimestre de 2012, desarrollo que ha sido impulsado por la inversión y el trabajo arduo de los sectores C y D (más del 50% de la población según Ipsos Apoyo). Es evidente que, pese a situaciones circunstanciales, cada vez son más los peruanos que cuentan con un mayor poder adquisitivo.

¿Qué puede significar esta serie de estadísticas sobre los cambios en el poder adquisitivo y las características demográficas del Perú de cara a la nueva dinámica en los hábitos de consumo de los peruanos?

Sumado esto, del total de habitantes de nuestro país, casi el 40% tiene entre 18 y 39 años, el 45% son solteros y casi la mitad no tiene planeado casarse en los próximos años. Así, en los últimos años, la tasa de fertilidad en el Perú ha venido descendiendo, situación cada vez más parecida a la de países en crisis como España y Estados Unidos. 

¿Qué puede significar esta serie de estadísticas sobre los cambios en el poder adquisitivo y las características demográficas del Perú de cara a la nueva dinámica en los hábitos de consumo de los peruanos? Se hace más evidente que los cambios en el perfil del consumidor peruano vienen influyendo en su forma de comprar. Hablamos de una mayor cantidad de hogares monoparentales que realizan compras reducidas debido al presupuesto limitado; de sinks1 que compran más productos precocidos y solicitan servicios más especializados; de Lohas, más interesados en el consumo de productos orgánicos cuya conciencia ambiental influye en su decisión de compra. 

Evidentemente esto trae consecuencias directas en los procesos de comercialización: presentaciones más pequeñas para hogares más pequeños y para jóvenes que quieren todo fragmentado, realidad en que las compañías tendrán que afrontar una forma distinta de producir. Sumado a ello, una necesidad de venta multicanal, ya que muchos prefieren comprar en autoservicios y hasta por internet. Sin lugar a dudas, estos cambios también traerán consecuencias en el punto de venta: en el mediano plazo, la iluminación que necesitarán las dos terceras partes de la población será menor, cambiará el tamaño de las etiquetas, el espacio de las góndolas, la cantidad de referencias y factores adicionales que las organizaciones deberán considerar. 

Aunque se piense que estos factores solo afectarían a temas de consumo masivo, esta tendencia podría traer consecuencias en la industria automotriz, lo que aumentaría la demanda de autos más pequeños; o en la de construcción, donde cambiará el tamaño de los departamentos y se privilegiará ubicación a espacio.

Muchas preguntas quedan en el tintero: ¿estamos preocupados para afrontar la demanda de los nuevos consumidores?, ¿nuestros equipos están conscientes de que los típicos canales de distribución y venta ya no son los mismos?, ¿sabremos salir al encuentro de los nuevos consumidores?... Sin embargo me gustaría hacer hincapié en una cuestión: ¿nos hemos preocupado por poner cara a esas personas que nos compran día a día, por ir más allá de la típica segmentación y saber qué buscan, por qué se comportan de ese modo, qué las motiva?.

No se puede negar que los cambios en los hábitos de consumo de los peruanos están trayendo a su vez mayores cambios en el día a día de la mayor parte de empresas del sector, por ello es importante no descuidar esta nueva configuración que viene adoptando el consumidor peruano.