Estamos en un mundo volátil, donde los cambios suceden rápido y la comunicación es cada
vez más importante para asegurar que los trabajadores se sientan apoyados, motivados y
entiendan la dirección del negocio.

Equilibrar cómo y qué mensajes se envían es importante. La gente quiere entender y tener
un contexto de lo que está sucediendo en su organización, pero sin ser bombardeados con
mensajes que podrían no ser relevantes para sus equipos. Por ello, contar con una
estrategia de comunicación interna es fundamental.

Para ello, los líderes y las empresas tendrán que aprender a aceptar el cambio y las nuevas
tendencias rápidamente mediante la práctica del llamado liderazgo ágil.

Este concepto,
inicialmente arraigado en el desarrollo de software y que se refiere a equipos
autoorganizados, ahora se usa para denotar de manera más general un enfoque a las
personas, que se centra en mejorar la adaptabilidad en entornos empresariales altamente
dinámicos y complejos. Para los líderes, esto también se traduce en practicar la toma de
decisiones en colaboración, la ideación rápida, el ensayo y error, y compartir los errores
como aprendizajes. En lugar de centrarse en proyectos a largo plazo, por lo tanto, será cada
vez más importante aprender a moverse en cualquier momento y no hacer predicciones
más allá de dos años: es un cambio de mentalidad difícil, pero necesario.

Liderazgo vulnerable. Desde hace algún tiempo, ha habido un alejamiento de la idea de que el líder es el máximo
experto en un campo específico.

Más bien, su función actual es habilitar y desarrollar la seguridad del equipo, garantizar que las personas estén motivadas y ver que las decisiones se tomen en colaboración. En este contexto, una de las primeras habilidades que los líderes deberán aprender es la vulnerabilidad. El riesgo es una parte integral del éxito, y cada líder siempre está llamado a considerar la posibilidad de fallar.

Admitir esta verdad no es una debilidad, y depende de los líderes no dejar que la vulnerabilidad sea percibida como negativa o como un valor a ocultar. Compartir las propias debilidades fortalece la relación con el equipo y permite la transparencia.

Es también importante que los líderes tengan un diálogo con su equipo y entiendan qué los motiva. Uno de los fenómenos que genera más debate hoy en día es hacer lo mínimo requerido en el trabajo. Esta es una práctica en la que los empleados están dispuestos a hacer solo lo mínimo dentro de las horas definidas por contrato, negándose a trabajar horas

extras, unirse a proyectos adicionales o asumir responsabilidades adicionales. Esto confirma que necesitamos repensar la relación entre líderes y empleados y crear nuevas formas de participación e interacción.

Misión corporativa clara: la misión corporativa es un punto clave dentro de la planificación estratégica y es una función clave de la gestión de una empresa. Asignar recursos y garantizar que todos trabajen hacia metas y objetivos comunes se ha vuelto fundamental.

Sin embargo, para que la planificación estratégica sea efectiva, se necesitan dos herramientas importantes: una visión corporativa clara y una misión. Por lo tanto, es importante que los líderes se pregunten qué tan clara es la misión para sus trabajadores y qué tan conscientes son del valor que su trabajo agrega a la empresa. Esto también se conecta a la comunicación interna.

Estos mensajes a menudo deben repetirse y vincularse con el trabajo diario.

En SumUp, por ejemplo, sabemos que nuestro objetivo como empresa es apoyar a los pequeños comerciantes ofreciéndoles herramientas simples, convenientes y personalizadas para administrar sus actividades diarias, desde pagos en la tienda y en línea, hasta el monitoreo de sus finanzas y relaciones con los clientes. Lo que hacemos es asegurarnos de que esto sea claro y compartido por todos los equipos y que todos trabajemos en la misma dirección hacia un objetivo común.