Hoy claramente las mujeres son minoría en los estudios de abogados chilenos. Un reciente estudio realizado por CTPartners sobre la participación femenina en los 50 estudios jurídicos más prestigiosos del  país revela que actualmente ésta alcanza sólo el 29,4%.

Esta situación no guarda relación con los egresados del “mundo legal”, ya que en el período comprendido entre 2007 y 2011, de los 11.525 titulados, 6.063 fueron hombres y 5.189 mujeres, una diferencia bastante menos amplia.

A futuro es posible pensar que las egresadas de las universidades superen a los hombres. Algo que sí ocurre en España, donde entre los licenciados en Derecho en 2010, 57,5% del total fueron mujeres, sobrepasando a los hombres.

La cifra de mujeres se reduce dramáticamente si solamente consideramos a los socios de los estudios de abogados. En este caso su presencia llega apenas al 6,1% e incluso, en 36 de los 50 estudios analizados, no hay mujeres socias.

Es posible que estas últimas cifras obedezcan a un “efecto de embudo”, ya que las mujeres han hecho menos carrera, sus oportunidades de ascenso han sido más bajas y también, en gran parte, porque muchas  jóvenes abogadas al casarse e iniciar su maternidad voluntariamente  abandonan o postergan su trabajo.

A pesar de lo que indican los números, hay algunos indicios positivos. Por ejemplo, de los bufetes incluidos en nuestros estudio sólo siete de ellos (14%) están conformados solamente por hombres, e incluso en uno de ellos (2%) hay mayor presencia femenina que masculina.

A futuro es posible pensar que las egresadas de las universidades superen a los hombres. Algo que sí ocurre  en España, donde entre los licenciados en Derecho en 2010, 57,5% del total fueron mujeres, sobrepasando a los hombres.

Ahora, para que estas abogadas escalen en la pirámide deberán pasar algunos años y es probable que por algún tiempo se mantenga una proporción similar a la actual. Será un proceso en el que se irán plasmando las distintas políticas pro familia que empresas y asociaciones nacionales están trabajando para permitir compatibilizar  el tiempo libre y maternidad/paternidad con el trabajo.

Este es un punto de vital importancia si se considera que el reciente estudio colombiano “Las mujeres en el estudio legal”, concluyó que en ese país como la facturación y la medición del desempeño del abogado depende de las horas dedicadas en el trabajo, y éstas, a su vez, de los horarios extendidos -en los que las mujeres con hijos no pueden participar en igualdad de condiciones con sus pares hombres-, es evidente que la remuneración y el ascenso dentro de la estructura de poder de las mujeres se vea afectada en el sistema de pago por horas. Lo mismo ocurre en muchos otros países, pero con políticas adecuadas que faciliten su inclusión cada día habrá en la cima más “mujeres de ley”.