El Comité de Relaciones Exteriores del senado estadunidense, presidido por el senador John Kerry, publicó un informe sobre seguridad y cooperación en la materia entre México y Estados Unidos, bastante detallado, de las acciones conjuntas que desde la firma de la Iniciativa Mérida en 2007 se han llevado a cabo.

Acciones que a saber por el informe Kerry comenzaron bastante lentas y con tropiezos y tomaron forma hasta el año 2011, con el arranque del flujo de recursos. Quinientos mil millones el año pasado y un total de mil millones de dólares para abril de este año han sido parte de la cooperación.

Las cifras como métrica para dimensionar el tamaño de la cooperación de EE.UU. con México siempre son claras para observar que aun cuando el gobierno de Calderón-EE.UU. se ha comprometido como nunca antes en el trabajo conjunto con México, también es cierto que el grado de compromiso palidece frente a esfuerzos con otros países y regiones. Sobre todo si tomamos en cuenta la frontera común de más de tres mil kilómetros.

El informe Kerry comienza por aplaudir los esfuerzos de la administración de Calderón en el fortalecimiento de las policías y critica el lento avance en materia judicial.

Y es que el informe Kerry hace públicos ciertos temas de la cooperación que seguramente pondrán a gritar “¡gobierno vendido!” a aquellos que ven con profundo escepticismo y como una violación a la soberanía cualquier trabajo bilateral con Estados Unidos.

El destinatario del documento no es el actual gobierno. Es el gobierno entrante en general y su titular, Enrique Peña Nieto, en particular.

Me parece que el tono de este documento tomó por sorpresa al gobierno de Calderón. La cancillería sacó un comunicado apenas se hizo público el documento, reclamando el carácter unilateral de dicho informe.

Y es que el informe Kerry hace públicos ciertos temas de la cooperación que seguramente pondrán a gritar “¡gobierno vendido!” a aquellos que ven con profundo escepticismo y como una violación a la soberanía cualquier trabajo bilateral con Estados Unidos.

“¡Intervencionismo!” será la palabra utilizada para describir la participación de EE.UU. en materia de entrenamiento y capacitación de policías que se está llevando a cabo en un centro creado en Puebla, abierto en mayo pasado, con el fin de lograr fuerzas especiales en ocho estados del país.

“¡Sumisión!”, dirán quienes vean en la sugerencia que hace el gobierno de EE.UU. de sacar al Ejército de las calles y de que sean ellos quienes participen en lograr que ello se consiga con éxito. Aun cuando la población de los estados que sufren los mayores índices de violencia están mayoritariamente en favor de una mayor cooperación con EE.UU. en materia de seguridad y justicia, parece que el senador Kerry, siendo el presidente del Comité de Relaciones Exteriores, no conoce México.

Hacer público un informe así desentona con la cooperación que se ha dado entre ambos gobiernos y dificulta el esfuerzo presente con el gobierno de Calderón, que tendrá que calmar estos ánimos soberanistas. También la cooperación en el futuro cercano, ya que arrancará Peña Nieto teniendo que lidiar con estas sensibilidades mexicanas.

Sin estar de acuerdo con los argumentos de soberanía nacional, creo que además el informe es cuando menos injusto al dedicarle únicamente dos párrafos a unas de las causas principales del problema de inseguridad mexicano, que son el consumo de drogas en EE.UU., el tráfico de armas Norte-Sur y el lavado de dinero que sucede en nuestro vecino.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.